Pariente, primera película colombiana
presentada en Toronto
Orlando Mora
Luego del discreto 2016 del cine colombiano en Cannes,
salvado apenas por la aparición de un nuevo cortometraje de Simòn Mesa, quedan
Toronto y San Sebastiàn, los dos grandes festivales del otoño, para medir la cosecha que al final nos dejarà
el año, luego de un 2015 casi irrepetible con las cimas de El abrazo de la serpiente y La
tierra y la sombra.
Si bien ni siquiera cinematografías màs importantes en historia
y número de pelìculas logran cada año puntos altos de calidad, el entusiasmo
casi folclórico de los colombianos nos lleva a exigir cosas que no se dan en
ningún lado. Baste recordar que solo un filme de latinoamèrica apareció este
año en Cannes, la brasilera Aquarius,
sin que países fuertes en cine como Argentina, Brasil o Mèxico llamen a luto
por esa circunstancia.
En Toronto este 2016 cuenta con una participación colombiana
notable. El solo regreso de Vìctor Gaviria a la vitrina de los festivales con el estreno mundial de La mujer del animal es ya un hecho a
destacar, acompañado de otros dos filmes esperados con buenas ilusiones: Pariente de Ivàn Gaona y X Quinientos de Juàn Andrès Arango.
Ayer viernes se dio el primer pase de público de Pariente, un filme que confirma las
buenas maneras de director que ya se prefiguraban en los cortometrajes de Ivàn
Gaona. El tema de la violencia en el país, un asunto con el que seguramente
cargarà el cine nacional como una losa durante muchos años, se mira esta vez en
un momento histórico concreto, cuando los paramilitares se estaban
desmovilizando a comienzos de este siglo, sin que esos acuerdos significaràn ni
mucho menos su eliminación o desaparición.
En una opera prima puede darse la plenitud casi fortuita del
que apenas inicia o los indicios de que se està en presencia de un verdadero
realizador. A veces casi que confìo màs en los segundos, que no tendrán que
enfrentarse al éxito desmedido de una primera película , que bien puede
amenazar o arruinar el resto de su carrera.
En Ivàn Gaona hay un verdadero director. Posee lo màs difícil
que es un sentido de la narración y de su tiempo interno, algo que aparece
visible en algunas de las escenas de Pariente.
Las reservas tienen que ver màs con algunas fisuras en el armado y de momentos
de actuación menos logrados, pero nada suficiente para arruinar el buen sabor
que nos deja la película.
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