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Mostrando las entradas de septiembre, 2016
Los 7 magníficos Adriana Mora En el año de 1954 Akira Kurosawa realizó uno de sus filmes más populares y exitosos, Los siete Samuráis . Tres años más tarde John Sturges ensayó con suerte un remake del filme japonés, trasladando la acción al universo del Oeste norteamericano   con Los siete magníficos . Yul Brynner y Steve McQueen encabezaban el grupo de siete luchadores de origen dudoso que tomaban a su cargo la defensa de los desvalidos habitantes de un pueblo. Los siete magníficos que se acaba de estrenar   en   simultánea mundial es el remake de un remake, un procedimiento nada extraño en los tiempos de sequía imaginativa del Hollywood actual. La industria del cine de los Estados Unidos ha perdido toda creatividad y los dirigentes de sus Estudios son ahora simples contadores, que suman y restan ganancias en proyectos poco arriesgados y destinados al consumo digestivo del cine en los centros comerciales. La nueva versión se ha confiado a un director de oficio,   resp
La señorita Julia: el teatro   y el cine Orlando Mora La señorita Julia es una nueva versión de la pieza teatral del dramaturgo sueco Augusto Strindberg, escrita en el año de 1888. Más que un simple dato, esta información resulta una referencia indispensable para enfrentarse con   armas idóneas a la propuesta que nos trae esta coproducción multinacional europea. No parece difícil adivinar las razones que expliquen el interés de la directora por   el texto de Strindberg. Ingmar Bergman, uno de los   maestros del cine de autor contemporáneo, amaba la dramaturgia del escritor y alcanzó a dirigir el montaje de varias de sus obras. Liv Ullmann, mujer y actriz clave en la filmografía de Bergman a partir de los años sesenta, seguramente quiso volver a una de las fuentes del teatro moderno. Según se observa en los créditos, Ullmann ha asumido la responsabilidad de la escritura del guion, por lo cual hay que entender que a ella corresponde en ese carácter y como directora la lín

Los nadie: El desasosiego y el sueño

Los nadie: El desasosiego y el sueño Orlando Mora Algunos anuncios sobre Los nadie a raíz de su selección como película de apertura del festival de cine de Cartagena en el mes de marzo y su inclusión reciente en la Semana de la Crítica de   Venecia daban para temer que se tratara de otro de esos retratos generaciones tan en boga hoy día. Son piezas que recogen de manera un tanto espontánea y naturalista el ambiente social en que se mueven sus actores y autores y que seducen con su aire de libertad e independencia. El crecimiento del filme de Juan Sebastián Mesa se da a partir de las sensibles diferencias que lo separan de esos otros títulos, algunos realmente valiosos como el mexicano Gueros .   Los nadie es otra cosa, con una construcción dramática sólida, clásica si se quiere, sin renunciar a las virtudes que uno espera en obras que responden   al entusiasmo del inicio juvenil. En la primera media hora el director nos introduce con atinado criterio en el u
X Quinientos: última película colombiana en Toronto Orlando Mora A pocas horas de abandonar Toronto, dos satisfacciones personales marcaron estos dos últimos días de festival. La primera fue el placer de disfrutar de Jota , el último musical firmado por Carlos Saura, y la segunda fue   poder ver X Quinientos , la película del colombiano Juan Andrés Arango. Empecemos por repetir la obviedad de que estamos viviendo un mundo lleno de violencia, tristeza y desesperanza. En manos de los putin, los berlusconis y demás aves rapaces que nos gobiernan, todo parece estar haciendo agua, sin que se avizoren luces de un mejor futuro. El cine, arte realista por excelencia, se nutre de esos insumos y lo que hoy reflejan las buenas películas, tanto de ficción como documentales, no puede ser nada diferente a lo que estamos viviendo. La mayoría de las obras de calidad vistas en Toronto son también golpes bajos al ánimo, que dejan un sentimiento de desaliento muy cercano a la depresió
La mujer del animal en Toronto                                        Orlando Mora Duro destino el de Víctor Gaviria como director de cine. Más de   diez años sin rodar resulta un tiempo casi prohibitivo de cara a la necesidad de mantener un contacto con el oficio. Recuerdo las palabras de García Márquez cuando luego del Nobel volvió a escribir columnas semanales: como los lanzadores de beisbol, hay que mantener el brazo caliente. A lo mejor algo de esa inactividad se siente en el manejo que Gaviria ha dado al   material narrativo de La mujer del animal , el que a pesar de sus 116 minutos de duración, no logra colmar unos saltos     de tiempo que lesionan de alguna manera el conjunto final de la película. La década transcurrida entre Sumas y restas y su nuevo filme, estrenado ayer mundialmente en el festival de Toronto, no ha cambiado el centro de los intereses de Gaviria y el director emplaza nuevamente su cámara en el ambiente de los sectores más marginales de   Medel
La última película de Andrzej Wajda en Toronto Orlando Mora Resulta difícil para los nuevos grupos de aficionados al cine medir lo que significò para mi generación el descubrimiento de la trilogía del polaco Andrzej Wajda. Fueron tres películas en las que se planteaba con gran intensidad la lucha contra la ocupación nazi, puestas con el entusiasmo y la fe del joven director que era Wajda en ese momento. Generaciòn (1954), Canal (1955) y Cenizas y diamantes (1958) son títulos para nosotros inolvidables. Con el polaco y también bajo la influencia de la Nueva Ola francesa se iniciò un movimiento de renovación de las cinematografías de los países socialistas que giraban en la òrbita de la Uniòn Soviètica. Fueron muchas las ilusiones que se depositaron en la onda   de transformación de esos cines nacionales, con figuras que se conocieron en Occidente básicamente gracias a los festivales internacionales de cine. Por desgracia todo ese proceso de cambio se truncò y se malo
Mimosas: los caminos del cine contemporáneo Adriana Mora Pasò ayer sábado en la noche la película Mimosas del director de origen Gallego Oliver Laxe, un filme que llegaba precedido del buen nombre de haber ganado el premio a la mejor obra de la prestigiosa Semana de la Crìtica del festival de Cannes de este 2016. Mimosas ejemplifica a la perfección los caminos que recorre el cine autoral contemporáneo, empeñado en negar los resortes que soportaron el cine clásico y que sirvieron para establecer su amplia conexión con el público, casi desaparecido como destinatario de las preocupaciones de los directores actuales. En donde el cine clásico colocaba una historia clara en su contenido para el espectador, con un sentido de totalidad insoslayable y con un armado que propiciara las nociones de principio y fin, el màs contemporáneo prefiere la oscuridad y la fragmentación, de tal manera que sea el espectador el que complete su improbable   y diverso   significado. Màs allà d
Pariente, primera película colombiana presentada en Toronto Orlando Mora Luego del discreto 2016 del cine colombiano en Cannes, salvado apenas por la aparición de un nuevo cortometraje de Simòn Mesa, quedan Toronto y San Sebastiàn, los dos grandes festivales del otoño,   para medir la cosecha que al final nos dejarà el año, luego de un 2015 casi irrepetible con las cimas de El abrazo de la serpiente y La tierra y la sombra. Si bien ni siquiera cinematografías màs importantes en historia y número de pelìculas logran cada año puntos altos de calidad, el entusiasmo casi folclórico de los colombianos nos lleva a exigir cosas que no se dan en ningún lado. Baste recordar que solo un filme de latinoamèrica apareció este año en Cannes, la brasilera Aquarius , sin que países fuertes en cine como Argentina, Brasil o Mèxico llamen a luto por esa circunstancia. En Toronto este 2016 cuenta con una participación colombiana notable. El solo regreso de Vìctor Gaviria a la vitrina   de
Volver a Toronto Orlando Mora Lleguè por vez primera al Festival de Cine de Toronto en el año de 1997 bajo el fervoroso estimulo de dos amigos a quienes la vida apuñalò prematuramente: Paul Bardwell, el director del Centro Colombo Americano y Ramiro Puerta, un colombiano que ejercía con tino y conocimiento la curaduría del cine iberoamericano en el festival. Todo lo que escuchè de Bardwell y Puerta tuvo plena confirmación y por eso a partir de entonces nunca faltè a la cita   canadiense de septiembre hasta hace un par de años, cuando compromisos profesionales me impidieron cumplir con ese punto obligado de la agenda festivalera. Vuelvo a Toronto luego dos años y esa pausa me sirve para ver de mejor manera lo mucho que cambian las cosas en tan poco tiempo, reflejo natural del ritmo vertiginoso en que se transforma el negocio del cine. El director y los programadores de Toronto ajustan su perspectiva y el certamen aspira a conservar su privilegiado lugar de segundo festiv