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Mostrando las entradas de octubre, 2016
Semana de Cine de Valladolid: apuestas contra el jurado Orlando Mora A medida que pasan las películas a concurso en un festival, uno tiende inconscientemente   a jugar apuestas contra el jurado.   Así    van surgiendo los títulos favoritos, los que con demasiada frecuencia quedan en nada, dada la variedad de las razones que respaldan las decisiones finales de los encargados de decidir, por lo general personas que como técnicos, directores o actores saben sus oficios pero se extravían a la hora de juzgar acerca de la calidad de las obras ajenas. En el día de ayer 26 de octubre   pasó en la Seminci un filme que normalmente tendría que ser declarada como ganadora de la Espiga de Oro, ya que difícilmente se concibe que logre aparecer una pieza que pueda superar en solidez a El cliente , el filme iraní de Asghar Farhadi, una obra que gira en otra órbita en relación con todo lo visto hasta la fecha. Seguramente   El cliente tendrá   distribución asegurada en Colombia,   al tratar
El adiós de Kiarostami Orlando Mora El pasado 4 de julio fallecía uno de los directores de mayor influencia en el cine de los últimos 25 años. Se trata del iraní Abbas Kiarostami, cuya obra fue conocida en España gracias a la difusión lograda en la Semana de Cine de Valladolid, evento que le dedicó una retrospectiva completa en el año de 1993 y en el que ganó en dos oportunidades la Espiga de Oro con A través de los olivos en 1994 y con Copia certificada en el 2010. Esa cercanía otorga pleno sentido al homenaje que en este 2016 se le rinde en la Seminci al desaparecido realizador, en un apartado bajo el nombre   Querido Abbas. Imprescindible Kiarostami . A la selección de  seis de sus largometrajes se ha agregado una función especial con el penúltimo de sus trabajos Take me home de 16 minutos y un curioso documento de Seifollah Samadian denominado 76 minutos y 15 segundos con Abbas Kaarostami . En Take me home pervive en estado puro el espíritu del cine del director. Un
La apertura de Valladolid: dos películas para el recuerdo Orlando Mora   La Semana de Cine de Valladolid, la Semincí, abrió este sábado 22 de octubre su edición 61 con un filme   atípico y de alguna manera fascinante. En medio de un cine español en el que las óperas primas suelen tener   poca sustancia y agotarse en el simple ejercicio estilístico, Las furias se va casi al otro extremo y carga las tintas con su historia de un encuentro familiar en el momento en que las cosas están a punto de deshacerse. Seguramente la causa de ese cambio haya que buscarla en la personalidad de su director Miguel Del Arco, un actor y hombre de teatro que en buen momento ha decidido incursionar en el cine. Es evidente que se trata de alguien que tiene cosas que decir y las dice, de forma quizás por instantes un poco atropellada y excedida, algo que para nada invalida el placer   de   encontrarse con una obra ambiciosa y amarga. Como es apenas natural en un realizador   que llega del teatro
De cines por Madrid Orlando Mora “París sola es un festival de cine”, solía decir Isaac León Frías como justificación para escaparse un mes cada año de sus obligaciones en Lima e   irse a la capital francesa para darse, al ritmo de tres películas diarias, una actualización   para él insustituible. He recordado las palabras del crítico peruano a mi llegada a Madrid, de camino al festival de Valladolid que empieza este sábado 22 de octubre. La cartelera del otoño luce espléndida, con títulos suficientes para querer permanecer acá largo tiempo, viendo filmes que interesan a cualquier buen cinéfilo. A escasos dos días de la llegada, a más de El hombre de las mil caras de Alberto Rodriguez, premio de actuación masculina en San Sebastián y T arde para la ira de Raúl Arévalo, única película española en la reciente muestra de Venecia, dos filmes nos han dejado una grata impresión, con la entendible esperanza de que puedan llegar a las pantallas colombianas. Fuego en el mar
    En un lugar de Francia Orlando Mora   Antes de convertirse en director de cine, Thomas Lilti fue médico de profesión. Esta vez no estamos en presencia de una simple anotación biográfica, se trata de un dato que explica el material a partir del cual se construyen los argumentos de Hipócrates , su muy exitosa segunda película, y ahora En un lugar de Francia , su tercera obra. El título original del filme francés en cartelera en Medellín es Médecin de campagne , suficiente para anticipar el alcance de los hechos básicos que nutren el armado de la historia.   El protagonista de En un lugar de Francia es un hombre mayor que ha pasado su vida laboral de médico en el campo, atendiendo los pacientes con una diligencia que excede la rutina y que da cuenta de la pasión que siente por su oficio y por las condiciones en que lo ejerce. La primera escena nos informa del hecho que señala el rumbo del argumento y desencadena el incidente central de la película:
  Oscuro animal: las voces del silencio Orlando Mora     Luego de sus inicios como documentalista, Felipe Guerrero ha dado el salto a la ficción con Oscuro animal , una película en la que no resulta difícil percibir los rastros que en el director ha dejado su primera experiencia creativa, por lo menos en cuanto a la preocupación intensa por la realidad y el modo de abordarla a partir de un concepto claro de desdramatización. Mucho de Corta, su brillante segundo documental, queda en la mirada esencialmente contemplativa que Guerrero ensaya en su nueva obra.   Los hechos de la breve y escueta narración de Oscuro animal se organizan sin una voluntad de progresión climática, puestos uno al lado del otro sin una conexión dramática interna, asociados simplemente por la situación básica que hermana el destino de las tres protagonistas. Las mujeres de esta ópera prima son víctimas de lo que el título del filme anuncia: el oscuro animal de la violencia que durante décad