Ir al contenido principal





Un nuevo comienzo: La vida está en otra parte
Orlando Mora

Pocos buenos augurios dejan los momentos iniciales de esta película dirigida por el británico Richard Loncraine. En el momento clave que desencadena la acción, una mujer de sesenta años y treinta y cinco de matrimonio descubre que su esposo lleva una relación de largo tiempo con su mejor amiga. La escena en cuestión está resuelta  con una falta de sutileza y una tosquedad que asustan.
Por fortuna las cosas no van a peor y el director consigue realizar una pieza simpática, que sobreagua gracias a sus actores, uno de los recursos más tradicionales y poderosos del cine inglés. Imelda Stauton, Timothy Spall, Celie Imrie  y los secundarios están soberbios, dueños del talento suficiente para dar a sus personajes la consistencia que en el guion, el principal y definitivo lunar del filme,  no tienen.
En la cartelera comercial reciente vienen apareciendo filmes que se ocupan del mundo de los mayores adultos. Seguramente el hecho demográfico del aumento de la sobrevivencia está llamando la atención de los productores, que creen con razón que allí puede haber una veta para armar nuevas narraciones, y aprovechar potencialidades de un mercado que tradicionalmente solo se interesaba por historias de jóvenes.
El problema radica en la dificultad de lidiar con  personajes de viejos, por lo menos en dos aspectos. De un lado está el desafío de encontrar cierta novedad en las tramas, en un momento de la vida en que impera la rutina  y se está más en plan de dejar que el tiempo agote lo mucho o poco que se haya construido, siempre con la inminencia de la muerte como amenaza trágica.
Lo segundo es el problema del tono y de la tentación de ceder a la blandura y a la complacencia de los argumentos, queriendo dulcificar situaciones a las que no se puede desembarazar impunemente de su condición dramática.  La vejez es una suerte de enfermedad mortal, más allá de que queden a veces algunos restos para salvar del naufragio.
Meg Leonard y Nick Moorcroft, los guionistas de Un nuevo comienzo, caen en parte en las dos trampas, escribiendo una historia sin pretensiones  de originalidad, que responde a la idea nuclear  de que vale la pena darse una segunda oportunidad, la que se ilustra con personajes y situaciones que si bien son reales, se llevan despojándolos de sus matices más oscuros y dolorosos. El resultado es un filme que puede verse con simpatía y que quiere dejar en el espectador un sentimiento gozoso de reconciliación con la edad, ofreciendo con su final abierto el mensaje de que nunca es tarde para volver a vivir, un ripio que los libros de autoayuda ya nos han vendido con exceso.
Un nuevo comienzo o Bailando la vida como también se le están titulando, deja interrogantes acerca del veterano director Richard Loncraine, cuyo Ricardo III nos había ilusionado hace algunos años  y que ahora transita por caminos demasiado convencionales, lejos de lo que puede esperarse de un verdadero autor.


Comentarios

Entradas más populares de este blog

  Un varón: La vida como un túnel Orlando Mora Un varón tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores en el Festival de Cannes del 2022, luego del cual sus productores decidieron seguir una de las líneas más aconsejadas y recurridas en estos casos, que consiste en proyectar un largo recorrido festivalero, procurando crear un entorno favorable a su estreno comercial, el que por fin   se ha efectuado en este mes de abril. Sin conocer los cortometrajes del director Fabián Hernández   resulta imposible medir cuánto del mundo que recoge su opera prima   se anticipaba en esos primeros ejercicios y saber si las muy buenas maneras de director que deja ver Un varón se aprendieron en esos escarceos. Lo único claro es que estamos en presencia de una obra que   puede calificarse sin vacilaciones de sorprendente y que mucho aporta al buen presente   del cine nacional. En orden a perfilar un poco las características del filme del colombiano, quizás convenga empezar por destacar qu
  Las bestias: El hombre en su selva Orlando Mora A pesar de los esfuerzos ingentes y plausibles que realizan los distribuidores independientes, la verdad es que la cartelera comercial de cine en el país es pobre y ofrece escasas posibilidades de mantener una actualización sobre lo que ocurre con las cinematografías nacionales en el mundo. Propicia esta reflexión el estreno nacional de la película   Las bestias que sirve para incorporar el nombre de Rodrigo Sorogoyen, uno de los directores más brillantes del actual cine español y   cuya filmografía es tan desconocida entre nosotros como la del grupo de mujeres que hoy enriquecen y brindan especial proyección al cine de su país. Solo ocasionales exhibiciones   en las salas independientes y el vicio solitario de revisar copias privadas mitigan la sensación de marginación y aislamiento. La filmografía de Sorogoyen comprende un total de cinco largometrajes y es de suponer que fue la participación de Las bestias en la sección ofic
  Ana Rosa: La mujer que no fue Orlando Mora Hace muchos años que el documental representa una parte importante del conjunto del cine mundial. Si bien durante largo tiempo permaneció en la sombra y condenado a una exhibición completamente marginal, en el presente siglo esa condición ha mejorado y hoy algunos alcanzan a llegar a salas comerciales, resultado en el que mucho han tenido tienen ver directores como Michael Moore con su popularidad y su Palma de Oro en Cannes en el 2004 por Fahrenheit 9/11 . Sin poder responder por cifras o porcentajes exactos, tengo la sensación que en el cine colombiano actual el documental ocupa en cantidad un espacio altamente significativo   y que para muchos directores jóvenes se constituye en una opción atractiva para acercarse a una realidad tan compleja como la nuestra, sumida en trances sociales,   políticos y humanos que invitan a su registro y análisis. Este año 2023 se abre en este campo con el estreno de Ana Rosa , un documental con guio