Días perfectos: Las jornadas del samurái Orlando Mora A quienes crecimos en la cinefilia de comienzos de la década del sesenta no nos abandona el recuerdo de unos años coronados por una pléyade de maestros que hoy todavía añoramos. Los festivales de primera categoría como Cannes y Venecia anunciaban cada año los trofeos para directores que marcaban el presente y el futuro inmediato del cine. Figuras como Federico Fellini, Ingmar Bergman, Akira Kurosawa, Roberto Rossellini o Luis Buñuel eran estrellas de ese firmamento. En los días que corren y en medio de las brumas de la Posmodernidad esos referentes se han eclipsado y han sido sustituidos por autores con una influencia más gaseosa y difusa. Eso explica que los realizadores jóvenes se formen bajo luces muy dispares y en veces paladinamente contradictorias. Por lo menos bajo la mirada de mi generación es imposible entender cómo se pueden revindicar a un tiempo conexiones inspiradoras de autores tan disp...