Ir al contenido principal

Entradas

  Mi bestia: De eclipses y adolescencia Orlando Mora El pasado jueves 24 de octubre se estrenó en el país la película colombiana Mi bestia . A pesar de antecedentes relevantes como su participación en la sección Acid del Festival de Cannes y su premio en el de Sitges, su paso por la cartelera comercial está siendo lánguido, perdida como uno más entre los varios títulos nacionales que pasan   fugazmente por la cartelera local, sin que el público tenga tiempo de fijar en ellos su atención. Por fortuna la obra de Camila Beltrán ha entrado en segunda semana y es de esperar que esa oportunidad alcance para que más espectadores la vean y juzguen, seguramente para sorprenderse de su calidad y de los trazos originales que la distinguen. No abundan en el cine colombiano piezas que asuman riesgos creativos como los que toma   con plena consciencia la   directora. Empecemos por mencionar que se trata de un primer largometraje, lo que de entrada orienta la mirada no solo a destacar sus va
Entradas recientes
Motel Destino: La vida a contracorriente Orlando Mora “Es mejor ver una mala película de un buen director que una buena película de uno malo”. Cito de memoria y seguramente de forma imprecisa la frase de uno de los realizadores de la Nueva Ola Francesa, cuando con el fervor y la iracundia propia de los jóvenes predicaba su teoría de que el cine tiene autores  y que ese autor es el director. Con base en ese criterio de autoría establecieron sus preferencias, inclinadas en favor de los directores en cuyas obras, más allá de variables de temas y de géneros, eran reconocibles unos trazos que los diferenciaban de otros que eran hábiles e inspirados artesanos más que otra cosa. En el panteón de sus admirados reinaban gentes como John Ford, Nicholas Ray o Alfred Hitchcock.   La teoría del cine de autor tuvo desde el comienzo sus contradictores, y también conviene recordar que la radicalidad de la postura inicial de sus promotores  se fue morigerando en el tiempo, confrontada con la realidad i
  Isla perdida: Las sombras del pasado Orlando Mora El estreno comercial de una película de Fernando Trueba será siempre una buena noticia para la cinefilia. Por edad y por trayectoria el español es una de las voces cimeras del cine de su país, con títulos que enorgullecen y distinciones tan relevantes como un Oso de Plata en Berlín, varios Goyas en España y un Oscar a mejor película extranjera en 1993 por Belle Epoque. Mucha agua ha corrido desde aquel lejano 1980, cuando debutó en el largometraje con un filme llamado justamente Opera Prima , una obra fresca e inteligente que se inscribía en el ambiente de libertad y   desenfado que se vivía en esos primeros años de la España posfranquista.   Nombres como Pedro Almodóvar, Fernando Colomo y otros fueron sus compañeros de lucha en el esfuerzo por brindar testimonio de esa nueva modernidad nacional. Por supuesto que las   cosas han cambiado sustancialmente desde esos remotos días. Hoy su hijo Jonás sorprende gratamente a la cabez
Cinemas Procinal Las Américas: La casa del Cine Arte Orlando Mora El pasado jueves veintidós de agosto se cumplió en Medellín la reapertura de las salas de cine de Procinal  Las Américas. Los asistentes al acto, a más de las mejoras en las instalaciones físicas y técnicas de los teatros, algunas todavía en proceso, fuimos sorprendidos con la decoración y el ambiente de un hall concebido como una auténtica declaración de amor al cine. Moviéndose en medio de los invitados se encontraba Oscar Mayungo, un auténtico sobreviviente de los tiempos en que el cine era otra cosa y  que él todavía sueña en presente. Con el apoyo solvente y  fidelidad ejemplar de sus hijos Natasha y Juan Carlos, Oscar persiste en los afectos aprendidos a lo largo de toda una vida vivida entre películas y teatros, creyendo con la ingenuidad que a veces dan los años que ese mundo de antes todavía existe o es siquiera posible. El tsunami audiovisual en que hoy nos movemos nada tiene que ver con los días gloriosos de l
  El viejo Roble: Gracias, señor Loach Orlando Mora En la competencia oficial del Festival de Cannes del 2023 apareció El Viejo Roble , una película realizada a los ochenta y siete años por el británico Ken Loach. En razón de su edad, se pensaba que acaso pudiera ser su última obra, sospecha que el director ha confirmado en una declaración reciente. Estrenada ahora en Colombia como El último bar , su condición de título final de un director de tanto peso en la cinematografía mundial despierta un sentimiento que mezcla a partes iguales   nostalgia y   admiración. Es el adiós de un grande y todos los adioses son tristes, pero a la vez conmueve la fidelidad que trasunta El Viejo Roble a los que han sido los valores éticos y los recursos estilísticos de Loach. Con veintiocho filmes en su filmografía, el director se formó en la escuela documental de la televisión inglesa y se nutrió del movimiento de renovación cultural que vivió su país a mitad de los años cincuenta, en simultánea
  La piel en primavera: El heroísmo de lo cotidiano Orlando Mora Una lástima que una película colombiana tan valiosa como La piel en primavera haya tenido en Medellín un estreno tan pobre, con un lanzamiento en solo tres salas del circuito alternativo. Sin conocer   qué otros títulos de calidad puedan ser presentados en el transcurso del año, es indubitable que esta obra de Jennifer Uribe   está llamada a ocupar un puesto de privilegio en el listado del cine nacional del 2024. Uribe es antioqueña y no suena descaminado suponer que tras   el carácter realista de su trabajo   ronda la influencia bienhechora de Víctor Gaviria, el director que enseñó a girar la cámara hacia los barrios populares de Medellín con una mirada distinta, sincera y respetuosa, acercándose a sus personajes sin paternalismos ni juicios morales. Creo recordar que alguna vez Fernando González habló de lo grave que resulta una generación sin maestros,   que sirvan como referencia y punto de partida para que
El secuestro del Papa: La sinrazón de la fe Orlando Mora De manera sigilosa está pasando por un par de salas de la ciudad El silencio del Papa , la última película del italiano Marco Bellocchio. Presentada a la competencia de Cannes en el 2023, Festival que dos años antes le había otorgado al director una Palma de Oro honorífica, se marchó del evento con las manos vacías,  en  parte por la altísima calidad del material presentado en esa edición ( Anatomía de una caída , La zona de interés , La pasión de Dodin Bouffant , Días perfectos ), pero además porque la obra ostenta características que no se acompasan con el cine que en estos tiempos se aplaude y celebra. Bellocchio tiene ahora ochenta y cuatro años y pertenece a una brillante generación que en los sesenta prolongó el gran momento del cine italiano, convertido a partir de la experiencia neorrealista de la década del cuarenta en el movimiento cinematográfico más importante e influyente del mundo. Al lado de autores como Bernardo B