Valladolid y el
Cine Expandido
Orlando Mora
De regreso de la Semana Internacional de Cine de Valladolid,
quedan ecos que se prolongan, inquietudes que se conservan. En especial porque
esta vez, a más de la calidad de las películas, hubo temas planteados en la programación académica que invitan a la reflexión, justo en el
momento en que los festivales quieren convertirse en vitrina privilegiada que
dé cuenta de los cambios profundos que ahora se presentan en la industria y en
la producción cinematográfica.
Uno menor si se quiere y que pasó un tanto en la penumbra fue
el del llamado Live Cinema, un apartado presentado en el catálogo general de la
Seminci en los siguientes términos: “El Live Cinema es una de las tendencias de
vanguardia en el ámbito cinematográfico, que genera una experiencia performativa
audiovisual en tiempo real, que propone una nueva narratividad de la imagen en
movimiento”.
Se organizó una mesa
redonda como evento teórico central para
hablar un poco del concepto mismo de lo que se llama Live Cinema o también Cine
Expandido o Cine Total. Allí se escucharon opiniones que ponen al día una
pregunta cada vez más urgente y que puede sintetizarse regresando al título de
la colección de artículos de André Bazín: Qué es el cine?.
Bazin se preguntaba por la naturaleza ontológica del cine,
entendiendo por tal las películas que se
hacían con destino a ser exhibidas en los teatros. El proceso de transformación
se empezó a gestar en el momento en que apareció la Televisión como otra
ventana para la exhibición de las películas y cuando se entró a producir
material para este medio, proceso que se amplió con la aparición del video y
con todo el desarrollo tecnológico posterior.
Los defensores y practicantes del Live Cinema entienden que
el cine en el sentido original de la palabra está muerto, que tiene menos peso
en un totalidad que es cada vez más amplia y que de alguna manera lo actual es
la práctica del audiovisual con fines diferentes a las llamadas películas que
se hacen con destino a las salas de
cine.
Con el advenimiento del digital la palabra película ha
perdido todo sentido. Si ya no hay película como soporte y se ha extendido de
forma tan considerable el campo y las posibilidades del audiovisual, a qué
llamar películas y qué es hoy el cine?. ¿Seguiremos hablando de cine a
propósito de espectáculos musicales y performances que utilizan e integran los
recursos del audiovisual?. ¿Tiene
sentido la denominación de Cine expandido o Cine total para ese nuevo amasijo?.
A la salida de la mesa redonda aludida, una experiencia
personal inolvidable. En el homenaje que Valladolid rendía a Jean-Pierre
Melville en el centenario de su nacimiento,
en una sola sesión estaban su primer trabajo Veinticuatro horas en la vida de un clown y el largometraje Le doulos. Cuando volví a ver el final
de Le doulos, con su maravillosa construcción de planos y su estilizada puesta
en escena, pensé con dolor que acaso el cine, el verdadero cine es cosa que
pasado, que está definitivamente muerto.
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