tag:blogger.com,1999:blog-47413733844234565382024-03-19T01:48:02.378-07:00Palabras de Cinepalabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.comBlogger150125tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-63121968414536137212024-03-17T14:45:00.000-07:002024-03-17T14:45:55.361-07:00<div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/qmxFrv9XBQY" width="320" youtube-src-id="qmxFrv9XBQY"></iframe></div><div><br /></div><div><br /></div><div><br /></div><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span style="font-family: georgia;">La zona de interés: La normalización del mal<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">No resulta fácil a estas alturas encontrar una manera novedosa de acercarse a un asunto tan visitado
como el del Nazismo y el Holocausto. Es de suponer que esa debió ser la
preocupación central del inglés Jonathan Glazer cuando decidió incursionar en
el proyecto de <i>La zona</i> <i>de interés</i>, más tratándose de un
director que en títulos anteriores había dejado ver su creatividad a la hora de infundir un toque personal a sus trabajos, tal como se
revela en <i>Sexy Beast</i> (2000) y <i>Bajo
la piel</i> (2013). <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El origen remoto de su nueva obra
se halla en la novela del gran
escritor británico Martín Amis, de la
que tomó el título y uno de los tres personajes principales, sometiendo el
texto literario a una profunda transformación. Si Amis partió de la historia
para crear una ficción, Glazer revirtió el orden y se aplicó a una investigación profunda acerca del
Holocausto y de las condiciones de
existencia del protagonista para anclarlo más en la realidad, devolviéndole incluso nombre y apellido. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Si es cierto que los extremos de
apertura y cierre de una película son imprescindibles a la hora de ensayar su
lectura interpretativa, esa afirmación en el caso de <i>La zona de interés</i> se impone como particularmente válida. En el
comienzo la pantalla se mantiene en negro durante varios minutos, acompañada de
una especie de música monocorde, procedimiento que se repite en el momento de
la finalización. Ese inicio y esa clausura funcionan para enmarcar el mundo del
horror de que en definitiva tratará el filme y permite marcar un fuerte
contraste con lo que veremos en la primera escena, ya bajo una luz y una
atmósfera completamente diferentes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En esa secuencia primera
asistimos a un paseo familiar al borde de un río y en medio de un paisaje
bucólico de especial belleza y tranquilidad. Padre, madre, cinco hijos y
algunas empleadas hacen parte del grupo, que luego de algunas horas regresará a
su casa, escenario donde transcurre buena parte de la obra.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Esa casa impecable por fuera y
por dentro y la familia que la habita se les ven en principio sin que el
espectador pueda atribuirles unas condiciones llamativas. Solo poco más
adelante sabremos que esa casa es contigua al campo de concentración de
Auschwitz y que el jefe del hogar es el comandante del campo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El cine de Glazer es de
personajes y esta vez esa preferencia del director se mantiene. Cada uno de los
miembros de la familia se presenta con rasgos suficientes para quedar
caracterizado con suficiencia, más allá del tiempo que permanezca en pantalla.
Si bien Rudolf Hoss y su esposa Hedwig son las cabezas, hay momentos con los
demás que aportan al corpus significativo que el director construye (la fuga de
la abuela ante el espanto de lo que escucha; la relación de dominación del hijo
mayor contra el hermano).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Rudolf dirige el campo de
concentración con la diligencia y pulcritud propias de cualquier buen gerente.
Su preocupación es la eficiencia y que los resultados sean prueba fehaciente de
que las cosas se están haciendo bien. “Trabaja como una hormiguita”, dice en
algún momento su señora. Por eso la discusión con profesionales del régimen
para la construcción de un nuevo horno crematorio se cumple con absoluta
asepsia, como si se tratara de cualquier
innovación tecnológica en una empresa. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En esa medida no extraña que todas
las críticas alrededor de <i>La zona</i> <i>de interés</i> incluyan una referencia al concepto de la banalidad del mal, elaborado
por Hannah Arendt, orientado a explicar cómo un comandante del Nazismo pudo
matar y cometer los peores crímenes sin tratarse en apariencia de ningún
monstruo, al entender que al ejecutarlos simplemente cumplía órdenes de sus
superiores, y pudiendo llevar en simultáneo una vida normal de buen padre y
buen jefe de hogar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Pero tal vez más interesante que
el comandante, digamos más monolítico en su concepción como personaje, puede
parecer la figura de la esposa, una mujer que comparte la idea de que su marido
es un hombre que hace lo que debe hacer, y que gracias a ello disfrutan ellos y
sus hijos del bienestar que siempre soñaron y que ahora no quiere perder, al
punto de preferir que él se aleje a cumplir con el nuevo compromiso profesional
al que se le llama.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Jonathan Glazer registra con pasmosa
frialdad la normalización del mal y del ejercicio del poder, lo que consigue
gracias a una cámara que prefiere los planos generales, que anula los
movimientos para evitar subjetividades y
que actúa como el más objetivo y distante
de los testigos. A ese uso de la imagen
se agrega uno más original y devastador de la banda sonora, que coloca en off
el infierno de lo que sucede en el campo de concentración y que el espectador
nunca ve, del que solo sabe por el eco de los disparos, los gritos desgarradores
de los prisioneros y la humareda de un horno que nunca se apaga. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">De lo que fue ese infierno ahora
queda un museo. También obras para luchar contra el olvido como <i>La zona de interés</i>, una película que restituye al cine su dignidad
de arte mayor, lejos de tanta frivolidad
y banalidad hoy a la moda. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p><p><br /></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-91246869941405573462024-02-25T15:09:00.000-08:002024-02-25T15:09:56.780-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/MkH8nvwtGtI" width="320" youtube-src-id="MkH8nvwtGtI"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Días perfectos: Las jornadas del samurái<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">A quienes crecimos en la
cinefilia de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>comienzos de la década del
sesenta no nos abandona el recuerdo de unos años coronados por una pléyade de
maestros que hoy todavía añoramos. Los festivales de primera categoría como
Cannes y Venecia anunciaban cada año<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los
trofeos para directores que marcaban el presente y el futuro inmediato del
cine. Figuras como Federico Fellini, Ingmar Bergman, Akira Kurosawa, Roberto
Rossellini o Luis Buñuel eran estrellas de ese firmamento.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En los días <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que corren y en medio de las brumas de la
Posmodernidad esos referentes se han eclipsado y han sido sustituidos por
autores con una influencia más gaseosa y difusa. Eso explica que los
realizadores jóvenes se formen bajo luces muy dispares y en veces paladinamente
contradictorias. Por lo menos bajo la mirada de mi generación es imposible
entender cómo se pueden revindicar a un tiempo conexiones inspiradoras de
autores tan dispares como Apichatpong Weerasethakul, Won-Kar Wai y Quentin
Tarantino, por ejemplo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Esta digresión con destellos de
nostalgia para mencionar que continúa en cartelera <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la última película de uno de los directores
contemporáneos con méritos para pertenecer a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>esa categoría hoy casi desierta de maestros.
Se trata de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Días perfectos</i> y su director
es Wim Wenders, un alemán con una filmografía cercana a los cuarenta títulos
entre ficciones y documentales, incluyendo esa obra cumbre que es <i style="mso-bidi-font-style: normal;">París- Texas</i> de 1984.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En las declaraciones que he leído
del realizador en torno a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Días perfectos</i>
no he encontrado el reconocimiento a algo que como espectador siento y es la
vinculación radical de este filme<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con el
documental <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tokio- Ga</i> que Wenders
realizó en 1984, a veinte años de la muerte de la figura máxima del cine
japonés Yasujiro Ozu. Al inicio de ese trabajo el alemán declara su admiración irrestricta
por las creaciones del maestro y afirma que llegó a filmar esa especie de
diario de viaje <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>porque quería saber
cuánto del mundo que reflejaba la obra de Ozu todavía sobrevivía. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Días perfectos</i> parece una nueva incursión del alemán en el Japón,
aunque ahora sin dudas de que el universo social y humano que alimentó el cine
de Ozu <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ya no existe, pero a partir de
esa convicción Wenders en asocio con su coguionistaTakuma Takasaki <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>crean un personaje tan anacrónico y tan fuera
de tiempo como lo sería <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hoy en día un
samurái. Hirayama, nombre tomado del protagonista de la última película de Ozu,
es un hombre de edad madura y que ejerce uno de los oficios más humildes imaginables,
encargado de asear los modernos y muy estéticos baños públicos de la ciudad de
Tokio.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El asunto es que Hirayama
desempeña ese trabajo como parte de una rutina personal ejemplar que la
película describe con minuciosidad, repitiendo una serie de actos que van desde
despertarse cada mañana con el ruido de la vecina que barre la calle, prosigue
con <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el aseo personal y luego salir,
siempre previa una mirada al cielo, a ejercer su tarea con una dedicación sin
par, utilizando incluso herramientas propias y con un esmero que llama la
atención.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Wenders construye un personaje
que pertenece por entero al universo de la ficción, un ser humano tan a
contracorriente de lo actual que despierta de entrada la simpatía del espectador,
al identificar en Hirayama rasgos ahora totalmente desaparecidos en la sociedad
líquida de que habla Zygmunt Bauman. Su pertenencia al ayer se refuerza <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuando vemos que escucha música todavía en
casetes, con grupos e intérpretes de la década del sesenta, habla poco y lee
autores como William Faulkner y Patricia Highsmith.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Lo admirable es que a ese personaje
tan de ficción el director le da un tratamiento<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>documental, captando su cotidianidad con todo rigor y objetividad. Sin
embargo, Wenders entiende que Hirayama no podía sostenerse en un plano ideal y
por eso en la segunda parte, luego de la visita de la sobrina, brinda señales discretas
para que el público entienda que detrás de ese hombre hay un pasado y que arrastra
heridas que la película calla, pero no ignora. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">A sus setenta y nueve años de
edad Wim Wenders nos conmueve con este hermoso canto de celebración de la vida,
dejando ver la maestría de su oficio y las dotes para construir un vigoroso universo
visual, con una fotografía a colores bellamente filtrada. Su escena de cierre
es simplemente memorable, llamada a permanecer como otro de esos momentos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que los buenos espectadores nunca podrán
borrar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-12033648254083509972024-02-17T03:30:00.000-08:002024-02-17T03:30:14.916-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/xIayu4ZpjjY" width="320" youtube-src-id="xIayu4ZpjjY"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Ana Rosa: La mujer que no fue<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Hace muchos años que el
documental representa una parte importante del conjunto del cine mundial. Si
bien durante largo tiempo permaneció en la sombra y condenado a una exhibición
completamente marginal, en el presente siglo esa condición ha mejorado y hoy
algunos alcanzan a llegar a salas comerciales, resultado en el que mucho han
tenido tienen ver directores como Michael Moore con su popularidad y su Palma
de Oro en Cannes en el 2004 por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fahrenheit
9/11</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Sin poder responder por cifras o
porcentajes exactos, tengo la sensación que en el cine colombiano actual el
documental ocupa en cantidad un espacio altamente significativo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y que para muchos directores jóvenes se
constituye en una opción atractiva para acercarse a una realidad tan compleja
como la nuestra, sumida en trances sociales,<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>políticos y humanos que invitan a su registro y análisis.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Este año 2023 se abre en este campo
con el estreno de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ana Rosa</i>, un
documental con guion y dirección de Catalina Villar, una mujer con un largo camino
transitado en este tipo de cine, con un recorrido que incluye no solo
realización sino también producción y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>docencia. Por desgracia debo confesar que no
he visto sus películas anteriores, lo que me obliga a enfrentarme a este
trabajo sin<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las referencias que tanto
ayudan cuando se trata de obras de verdaderos autores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Ana Rosa</i> es un documental en primera persona, dado que Catalina
como directora es la que lleva el relato, narrado por ella misma y con una
presencia casi permanente en cámara. Solo que esta vez no se trata de evocar recuerdos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o compartir experiencias frente a lugares, gentes
y situaciones, sino de aproximarse a una persona que no conoció y por la que
indaga sin mayores apoyos, en un tipo de búsqueda que me hizo recordar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La imagen que falta</i> del camboyano Rith
Panh de 2013, en cuanto esfuerzo por descubrir un pasado del que no han quedado
rastros.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En el inicio Catalina cuenta que
la muerte de sus padres la trajo de vuelta a Bogotá para desocupar la casa en
que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vivían y luego de treinta y ocho
años de haberse marchado del país. En ese momento y en el fondo del último
cajón de un mueble encontró la tarjeta de identidad de Ana Rosa, su abuela
paterna y de la que poco o nada había escuchado. Lo único que se mencionaba <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>era que le habían efectuado una lobotomía, lo
que despertó el interés de la directora por tratar de saber algo más de esa
abuela, aunque partiendo de un supuesto diferente: a ella no le habían hecho
una lobotomía, había sufrido una lobotomía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Los hallazgos de la directora en
su búsqueda resultan estremecedores y casi trágicos. Ana Rosa en apariencia era
una muchacha alegre y con algo especial en su interior, como que de joven
tocaba el piano, interpretaba sonatas de Beethoven y era capaz de acompañar fragmentos
de óperas como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las bodas de Fígaro</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Don Giovanni</i>. En esa medida el dato de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su inquietud por la música juega un papel
fundamental en cuanto permite intuir qué vida y qué espiritualidad podía haber
en una mujer que a esa edad y en esa época tenía tales intereses.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Quién fue de verdad Ana Rosa, qué
quería, cuáles eran sus sueños, esas son las preguntas que se plantea en el
documental la directora, sin alcanzar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las respuestas. De esa abuela solo quedan muy
lejanas referencias y la sombra del silencio pertinaz que la<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>envuelve, víctima sin redención <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de lo que claramente fue un pacto familiar de
olvido y negación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Sin que se convierta en un
discurso sobrepuesto, Catalina Villar introduce en el documental una cierta
mirada de género, algo lógico si se tiene en cuenta su propia condición de
mujer y que Ana Rosa como personaje fue víctima de una sociedad que asignaba
unos roles de esposa y madre a los que no se podía faltar, haciendo que
cualquier desviación fuera castigada con una crueldad que hoy aterra. Causa
espanto saber que el ochenta y cinco por ciento de las personas que sufrieron en
esa época una lobotomía fueron mujeres y constatar la campana de silencio que
una familia fue capaz de imponer como castigo frente a unos gestos mínimos de
independencia y rebeldía.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El documental en primera persona entraña
un riesgo cuando lo subjetivo se desborda, empantanado en narrar cosas personales
de escasa significación <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o abiertamente
banales. Catalina lo elude porque <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>conduce su <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>exploración <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con una perspectiva más amplia, integrando el
caso de Ana Rosa en un marco histórico preciso, con una neurociencia vista entonces
casi como un ejercicio de “carpintería”<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>y que bien servía a los fines de un control social que tenía en los electroshocks
y en las lobotomías algunos de sus medios <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más eficaces.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Los instrumentos con los que
trabaja la realizadora su película son los propios y más tradicionales del
documental: entrevistas en un número cercano a las ocho, material de archivo y
tomas de presente que sirven a manera de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>transiciones en el armado de la obra y que
brindan pausas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para que el espectador
tome un respiro frente a la intensidad de lo que está viendo. Digamos que no existe
novedad en cuanto a los recursos (no hay animación, reconstrucciones simuladas,
etc), sino un control soberbio sobre las herramientas empleadas, con una
fotografía de hermosa y sobria composición y un ritmo interno para que la
película fluya de manera natural, contando con la presencia de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Catalina como eje de la narración.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Una muestra de la solvencia profesional
de la directora es la forma como abre y cierra su película, en el inicio con
una puesta en escena en que la música se convertirá en símbolo de los sueños no
realizados de Ana Rosa, y el desenlace con la participación de la misma
directora enferma, entrando al quirófano de un hospital y contrastando el
presente de la Clínica Médica con <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la
barbarie de apenas setenta años atrás, en un final de gran fuerza que alterna <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>planos documentales con música y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>fundidos a negro, cerrando con una mujer de
espaldas, tal vez una imagen onírica de Ana Rosa, que toca una sonata de
Beethoven, su sonata. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-48682819739873441832024-02-10T12:23:00.000-08:002024-02-10T12:23:38.171-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/zle1xaJLRWo" width="320" youtube-src-id="zle1xaJLRWo"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Vidas pasadas: Lo que
pudimos ser<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En un hermoso plano fijo y por
momentos congelado tres personas beben de noche en la barra de un bar: un
hombre y una mujer coreanos y un americano. Unas voces de terceros que no vemos
especulan acerca de quiénes serán ellos, si dos y cuáles serán pareja y qué
papel jugará el tercero. Así empieza la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vidas pasadas</i>, una de las más gratas sorpresas que nos deparará la
cartelera comercial del <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>año 2024.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Lo primero que llama la atención
al terminarse el visionado de esta obra y en presencia de su calidad es que se
trate de una opera prima. La curiosidad por enterarse de los antecedentes de Céline
Song permite saber que si bien la realizadora es una debutante en el cine, sus
antecedentes de guionista y autora teatral son suficientes para explicar la
reposada madurez de las aguas por las que navega este íntimo y amable filme.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Y no se trata de que estemos en
presencia de un trabajo perfecto; por el contrario, pienso que son visibles <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>algunas flaquezas, pero ellas no desquician la
arquitectura de la obra <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ni empañan los
merecimientos de una pieza que toca fibras emocionales del espectador en un registro
a la vez controlado y profundo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El inicio de la película al que antes
hemos hecho referencia funciona a la manera de un interrogante que se despejará
poco a poco, con una estructura dramática circular, ya que unos veinte minutos
antes del final <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se regresará al plano de
apertura, finalizando el largo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>flash-back y dando paso al desenlace en un tiempo
de presente cinematográfico.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El argumento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vidas pasadas</i> es fácil de resumir: la
pareja que coreanos que hemos visto al principio <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se conocieron de niños, fueron compañeros de
colegio y desde esa época se despertó una atracción que se ha conservado; solo
que los padres de Na Young decidieron emigrar a Canadá y desde ese entonces
dejaron de verse. La escena en el bar hace parte del reencuentro, cuando
veinticuatro años más tarde él va de vacaciones a Nueva York, donde la mujer
vive ahora con su esposo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El filme de Céline Song se articula
en tres tiempos: el de la niñez, el <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del contacto
de los jóvenes por medio de Facebook y el último en que los dos vuelven a verse
por única vez. Cada uno de esos tiempos está distanciado por doce años, con una
linealidad que sirve a la sencillez de la película y al registro de drama
romántico que se <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>observa a primera
vista.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Pero lo que importa en la obra de
Song es lo que de fondo la directora y guionista desliza en su argumento,
incorporando asuntos trascendentes de la vida de cualquier ser humano, puestos
con la transparencia que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>permite el
hecho de que Na Young y su marido norteamericano sean escritores, personas en
esa medida de un mayor nivel de lucidez.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Todo hombre a cada momento se ve
obligado a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tomar decisiones y ellas
suponen elegir un solo camino y desechar todos los demás, con lo cual detrás de
cada opción <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se descartan muchas otras,
sin que podamos saber a dónde ellas nos hubieran conducido. Se nace múltiple y
se termina uno, creo recordar a la distancia que escribió alguna vez Paul
Valery. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">De eso habla Hae Sung <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuando en la ya citada escena del bar se pregunta
qué habría pasado si Na no hubiera emigrado, si él hubiera ido antes a Nueva
York cuando conversaban por internet, si se habrían casado, si estarían todavía
juntos, interrogantes que ya no tendrán respuesta, en una vida que al final siempre
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>termina siendo menos luminosa de lo que
cada uno soñó, pero con la cual en definitiva hay que reconciliarse, como bien se
dice en la espléndida escena de Na Young con su esposo en la alcoba.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Si a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Vidas pasadas</i> se le pueden objetar cierta simplificación en su
estructura de tiempo, la insistencia en los flash backs para volver a la escena
de los protagonistas cuando jugaban en el parque, o el simbolismo obvio del
plano en que los niños se separan tomando caminos diferentes, esos lunares no
anulan la profundidad serena que el filme adquiere a partir del instante del
reencuentro de Na Young y Hae Sung en Nueva York, de lejos la mejor parte <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la película por la forma como se matizan
los personajes, con un desenlace que conjuga intensidad y lucidez. La directora
hace un empleo fructífero de los planos largos y despliega un admirable buen gusto
en la composición, con diálogos muy finos y un trabajo de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>actores en los que resulta fácil reconocer la
experiencia teatral de la coreana.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Es evidente que Céline Song tiene
cosas que decir y demuestra en esta <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>incursión inicial que sabe decirlas también en
cine. Seguirán seguramente otros títulos en un futuro que se anuncia promisorio
a la luz del éxito que le ha traído esta primera y entrañable película.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-family: georgia;"> </span></span><o:p></o:p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-68322089825261975682024-02-03T14:19:00.000-08:002024-02-03T14:19:25.428-08:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/KCdtwKRn3J0" width="320" youtube-src-id="KCdtwKRn3J0"></iframe></div><br /><p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Anatomía de una caída: El infierno tan temido<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Hace algo más de una semana se
estrenó comercialmente en el país la película ganadora de la Palma de Oro en el
festival de Cannes del año 2023. Su título original en francés, traducido esta
vez de manera literal en Colombia, propone un gesto de complicidad a la
cinefilia en cuanto remite a una obra del director norteamericano Otto
Preminger, quien en el año de 1959 realizó <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Anatomía
de un asesinato</i>, filme que incontrovertiblemente ha funcionado como una de
las fuentes de inspiración para el guion original de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Anatomía
de un caída</i> que firman la directora JustineTriet y Arthur Harari.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La película de Preminger figura
en el grupo de los títulos clásicos de un tipo de cine cuya trama se
desenvuelve de manera principal en los estrados judiciales, dando cuerpo a una
especie de subgénero que no alcanza a constituir propiamente un género, ya que cada
director orienta <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su trabajo en
direcciones distintas ( ocasionalmente en registro de comedia, con mayor
frecuencia como drama y a veces como melodrama), y persigue diferentes
propósitos ( poner en duda la imparcialidad de la Justicia, subrayar la
imposibilidad de llegar a una certeza absoluta sobre los hechos, denunciar formas
de fanatismos o corrupción, etc).<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">No luce descaminado afirmar que
median vasos comunicantes <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>entre la obra
inspiradora del norteamericano y la película francesa de Justine Triet, que
empiezan por el tiempo de su duración<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de
ciento cincuenta minutos y se prolongan en la estructura del guion, con una parte
primera que se sucede antes de que la acción se desplace a la sala de
audiencias, y un final que no se cierra en la promulgación del veredicto de los
jueces, sino que se prolonga con<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>escenas
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que deparan al espectador otras resonancias
emocionales.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Tratándose de una obra de
admirable solvencia, tal vez convenga iniciar por destacar la factura de un
guion de habilidad y consistencia notables, capaz de construir una línea
argumental que parte de una situación básica y a la que se van agregando datos
y circunstancias, cada uno de ellos con la virtualidad de enriquecer y
potenciar la lectura de la obra, al punto de que alguien pudiera válidamente
preguntarse<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por el sentido último de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Anatomía de una caída</i>.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La diversidad de interpretaciones
posibles de una buena obra cinematográfica se incrementa en este caso por el
carácter de los protagonistas de la historia, un hombre y una mujer casados,
ambos escritores y que con su hijo de once años y su perro se han retirado a
vivir en un chalet en los Alpes Franceses, cercano de Grenoble, la tierra
original del esposo. Detalles de los personajes y de lo que ha acontecido en el
pasado ocuparán luego un espacio dramático exacto en el desarrollo del juicio
que se cumple en la sala de audiencias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Justine Triet adopta<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para su película la perspectiva usual en este
tipo de cine, manteniendo el suspenso hasta el final y evitando revelar o anticipar
el desenlace <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que tendrá el fallo del
jurado. Igualmente la francesa insiste en la ferocidad de la lucha que libran
la Fiscalía que acusa y el abogado defensor, combate salvaje en el que quedan
dolorosamente expuestas la intimidad y las fragilidades de los personajes.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La tensión que se concentra<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la película no depende exclusivamente del
orden y la cantidad de información que suministra el guion al espectador, sino
también de la manera como la cámara capta los dos espacios en los que se desenvuelve
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la acción, el chalet familiar y la sala
de audiencias, filmándolos con encuadres y con movimientos que acrecen el
suspenso y la sensación de que algo va a suceder. La escena en que el hijo
invidente se acerca a la ventana de donde cayó su padre es un buen ejemplo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de ese manejo y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>da perfecta cuenta de la suficiencia
profesional y la madurez en el oficio que hoy revela la directora francesa.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En medio de un trabajo de
actuación<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sin reparos, con
interpretaciones notables como las de los actores que encarnan al niño y al
fiscal, la alemana Sandra Hüller brinda como protagonista una verdadera lección
de actuación, con una amplitud en el registro que cubre momentos emocionales
muy diferentes, alcanzando una expresión propia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para cada uno de ellos, con una sobriedad y
una precisión extraordinarias. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Anatomía de una caída</i> es una obra sólida, potente y en el fondo
profundamente triste. Ella nos recuerda con desoladora sutileza que la cultura y
la ilustración no alcanzan para evitar el infierno en que puede convertirse el
amor cuando las inclemencias del tiempo y la vida lo han erosionado. Solo queda
el regreso a la intimidad que ha sobrevivido al naufragio y a la fidelidad
callada del afectuoso perro familiar. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-10997319109451775722024-01-22T16:58:00.000-08:002024-01-22T16:58:11.190-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/sxxbOFfagKI" width="320" youtube-src-id="sxxbOFfagKI"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Los delincuentes: Dos hombres y un destino<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El nombre de Rodrigo Moreno dice
poco a los espectadores colombianos. No recuerdo si <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El custodio</i> (2006), el único filme suyo que había visto hasta la
fecha, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>alcanzó a pasar por la cartelera
nacional. Lo único cierto es que se trata de un director que pertenece por
generación al movimiento que se denominó como Nuevo Cine Argentino de la década
del noventa y que como autor concita el respecto y la admiración de los
sectores más serios de la crítica de su país.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La plataforma Mubi con ocasión
del lanzamiento de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los delincuentes</i>,
estrenada en el apartado oficial de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un
Certain Regard</i> en el festival de Cannes del 2023, ha incorporado a su
programación <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El custodio</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un mundo misterioso</i>, lo que brinda una
oportunidad privilegiada para acercarse a la obra del argentino, y poner un
tanto en perspectiva las características y valores de su cine.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Empecemos por anticipar que la
pertenencia de Moreno al Nuevo Cine Argentino no es un dato superfluo y, por el
contrario, luce como una información de ostensible utilidad a la hora de
enfrentarse a una larga película de cerca de tres horas de duración y en la que
aparecen cosas en su estructura y dramaturgia que pueden desconcertar, y que
solo se entienden en razón de las pretensiones de ruptura que ese movimiento
perseguía y persigue.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Rodrigo Moreno firma el guion de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los delincuentes</i> y ha explicado en
algunas entrevistas que para escribirlo se inspiró lejanamente en un filme
clásico argentino de 1949: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Apenas un
delincuente</i> de Hugo Fregonese, transformando de manera radical el sentido
de los personajes y tratando de dar a los hechos básicos de la historia una
vigencia acorde a otros tiempos y a otra mirada.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">A pesar de que muchos de los<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nuevos cines colocan el énfasis creativo más
en la puesta en escena que en el guion, en el caso de Moreno esos dos puntos de
apoyo funcionan con una importancia que se distribuye<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a partes iguales. Digamos que en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los delincuentes</i> el guion propugna en la
primera parte por una línea argumental clara y progresiva, y ya en la
denominada segunda parte vuela con una libertad mayor y se desanuda de la materialidad
de los sucesos, confiando <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el destino de
la obra a los valores de la puesta en escena.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">De alguna manera es como si el
director hubiera querido juntar dos películas independientes, en las que la
segunda fuera una continuación que le diera sentido y horizonte de
significación a la primera. En efecto, la obra comienza con una trama que
recuerda a muchas otras que se ocupan del hurto a un banco, con lo cual la
estrategia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de construcción se orienta a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mantener en suspenso la atención del público,
pendiente ante todo del qué está sucediendo y qué sucederá.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Acudiendo a<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una simplificación explicativa, acaso se
pudiera decir que la primera parte tiene unas maneras más clásicas, más
preocupadas por el relato y con una narración que el director maneja con una
destreza que ya estaba en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El custodio</i>,
en cuanto reconstrucción precisa de una cotidianidad de gestos, actos y
ambientes. En la segunda parte, en cambio, los hechos se adelgazan, son más
situaciones de base en las que Moreno expone un tipo de cine más moderno y más
en la vertiente de lo que el Nuevo Cine Argentino proponía como ansias declaradas
de renovación.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">De <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los delincuentes</i> se sabe las muchas dificultades de un rodaje con
interrupciones, con cambios de técnicos y un tiempo prolongado en su
realización, circunstancias que tal vez expliquen la sensación de piezas por
momentos sueltas que deja el resultado final, una especie de puzzle en el que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>unas partes son francamente brillantes y unas
pocas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>menos ( como sucede en el guion con
el embrollo sentimental de los dos protagonistas enamorados de la misma mujer),
pero como totalidad se resiente en su <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>unidad y flaquea en el poder de persuasión que
demanda la ficción.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Es claro que Rodrigo Moreno
quiere hablar de libertad. El hurto al banco es parte de una rebelión
individual que nos hace recordar <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tiempo
de</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">revancha</i> de Adolfo Aristaraín;
que un mismo actor (Germán Silva) encarne al gerente del banco y al capo de la
cárcel no admite dudas acerca de su intención; la cita visual de la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El dinero</i> de Robert Bresson camina en la
misma dirección, así como ese final luminosamente abierto, con dos hombres
unidos en un solo destino y puestos en el desenlace en medio de un paisaje cuya
inmensidad y belleza son como una metáfora sobre la utopía de liberación con que
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>han soñado. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-40028678535711547082023-12-22T12:30:00.000-08:002023-12-22T12:30:59.398-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/zL3URH5QMk8" width="320" youtube-src-id="zL3URH5QMk8"></iframe></div><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">La memoria infinita: El amor y las sombras<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">De nuevo las
plataformas de streaming nos están deparando en estos días buenas noticias. Una
de ellas ha sido el lanzamiento en Netflix de <i>La memoria infinita</i>, un documental chileno que con absoluta
seguridad no hubiera encontrado espacio en los circuitos comerciales de
Colombia y de muchos otros países. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">Maite Alberdi es
una realizadora que ha adelantado desde <i>El
salvavidas</i>, su primer largometraje en el 2011, una carrera cuidadosa y de
una consistencia admirable. En cada nuevo título asume riesgos y explora
caminos que la están convirtiendo en uno de los nombres imprescindibles del
actual cine latinoamericano, en particular por la agudeza de una mirada que le
permite intuir las posibilidades de ciertos personajes y ciertas situaciones,
a cuyo seguimiento se dedica sin desmayo por meses y años, convencida de que el
documental es un ejercicio de paciencia, como bien lo ha manifestado en
distintas oportunidades.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">En <i>La memoria infinita</i> se abandona el
registro de comedia dramática que dominaba en <i>El Agente topo</i> y se llega a uno más oscuro y triste, dictado por la
realidad de los hechos de que se ocupa y que vale la pena anticipar. En el año
2014 Augusto Góngora, un reconocido periodista y presentador de televisión,
hizo público que estaba aquejado de alzheimer, una declaración insólita en el
caso de una enfermedad que por una tendencia casi instintiva tiende a
mantenerse en el pudor del silencio y el ocultamiento. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">Augusto había mantenido
una relación sentimental por espacio de veinte años con Paulina Urrutia, una
actriz de teatro también conocida en los Medios y que se había desempeñado como
Ministra de Cultura de la presidenta Michelle Bachelet, con la que luego de ese
largo tiempo se casó. La noticia de lo que se cernía sobre una pareja tan
pública ocupó primeras páginas de periódicos y revistas y atrajo la atención de
Maite Alberdi, que inició un acercamiento sin tener claro hacia dónde la
conduciría esa exploración.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">El mal sufrido
por Augusto no podía ser más dolorosamente paradójico. Un periodista que había
dedicado su vida profesional a trabajar casi desde la clandestinidad en el registro de las cosas terribles que sucedieron
en Chile y que predicaba la necesidad de preservar la memoria como referente
necesario para una auténtica reconstrucción del país luego de la pesadilla de
Pinochet, ese hombre que había pasado tanto tiempo en lucha contra el olvido,
de pronto aparecía como víctima de una enfermedad que inexorablemente lo
conduciría a la noche de las sombras y las tinieblas.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">Pero Maite Alberdi
no se inclina por el registro del deterioro creciente de Augusto sino por
captar cómo esa progresión se vive en el espacio íntimo de la pareja, con una mujer profundamente
enamorada de su esposo y que toma la decisión generosa y valiente de acompañarlo
en un proceso sin solución ni regreso.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">En esa medida
bien puede decirse que <i>La Memoria
infinita</i> es un filme de amor, un amor confrontado con la realidad trágica y
devastadora de una enfermedad que va borrando los contornos de todo lo que se
ha vivido y de las personas con las que se ha vivido y se vive. Es eso lo que
la convierte en una película dolorosa, en la que, sin embargo, se evita cualquier
asomo de crueldad.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">La directora no
oculta la presencia de la cámara y en varios planos Paulina se vuelve hacia
ella, impidiendo de esa manera que el espectador diluya su atención al pensar que se trata de una
ficción. También la articulación del pasado en el presente se trabaja con el fin exclusivo de que se
conozca de qué parajes de felicidad venían esos dos seres y mensurar así la amarga
situación en que el destino los ha colocado.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">En <i>La memoria infinita</i> subyace un gran
problema ético y es saber hasta dónde un artista puede acercarse a una
situación personal tan calamitosa. Alberdi es plenamente consciente de ello y
lo resuelve con una puesta en escena en que predomina la luz, con un diseño de
planos medios que elude el exceso de
dramatización y difuminando un poco los momentos más intensos, aquellos en que
Augusto se quiebra y en que la angustia crece hasta casi rozar lo
insoportable. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;">Una asordinada
banda sonora con fragmentos de canciones populares apuntala los ramalazos de nostalgia
a que la película remite en los momentos
evocados de un pasado que se ha esfumado y que ahora se pierde entre las sombras que invaden el día a día de Augusto
Góngora, con el desenlace de una muerte posterior a la película y que hoy sabemos ocurrió en mayo de este
2023. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES-CO"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></span></p><p>
<span style="font-family: georgia;"> </span></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-33650771404010758232023-10-21T10:05:00.000-07:002023-10-21T10:05:06.794-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/rPrDLo31cp4" width="320" youtube-src-id="rPrDLo31cp4"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Las bestias: El hombre en su selva<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-family: georgia;">Orlando Mora<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">A pesar de los esfuerzos ingentes
y plausibles que realizan los distribuidores independientes, la verdad es que
la cartelera comercial de cine en el país es pobre y ofrece escasas
posibilidades de mantener una actualización sobre lo que ocurre con las cinematografías
nacionales en el mundo. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Propicia esta reflexión el
estreno nacional de la película<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las bestias</i> que sirve para incorporar el
nombre de Rodrigo Sorogoyen, uno de los directores más brillantes del actual
cine español y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cuya filmografía es tan desconocida
entre nosotros como la del grupo de mujeres que hoy enriquecen y brindan
especial proyección al cine de su país. Solo ocasionales exhibiciones <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en las salas independientes y el vicio
solitario de revisar copias privadas mitigan la sensación de marginación y
aislamiento. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La filmografía de Sorogoyen
comprende un total de cinco largometrajes y es de suponer que fue la
participación de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las bestias</i> en la sección
oficial del festival de Cannes en el año 2022 la que abrió el camino para que
ahora el filme llegue a nuestras pantallas. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">bestias</i>, además, se
concentran varios de los rasgos más notables y reconocibles del director
madrileño. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El potente inicio de la película
funciona a la manera de un epígrafe que sirve como referencia para anticipar el
mundo que aparecerá en la pantalla. En ese arranque se nos muestra en cámara
lenta un grupo de caballos salvajes que corren en un potrero y que son
dominados en un despliegue de fuerza brutal por los aloitadores, oficio que se
ejerce por hombres rudos que también podrán utilizar ese vigor en otras situaciones,
tal como lo veremos más adelante en una de las secuencias centrales de la
película.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Con una destreza seguramente
aprendida en el mejor cine norteamericano, al español le bastan menos de quince
minutos para entregar al espectador las claves de la propuesta argumental de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las bestias</i>, ubicando con precisión el
paisaje rural en la Galicia profunda y los personajes axiales sobre los que
girará la acción.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Toda la carrera de Rodrigo
Sorogoyen ha contado en la fase de escritura <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con la colaboración permanente y vital de
Isabel Peña, en una <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>yunta que no ha
cesado de rendir sus frutos, con guiones<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>que operan con una dinámica y una progresión dramática contundentes <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y que en general eluden la obviedad y ofrecen matices
que redimen los momentos en riesgo de caer en el lugar común. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El director y su coguionista
dibujan sus personajes sin maniqueísmos, dando a cada uno de ellos la porción
de razón que les asiste y dejando que sea la confrontación de intereses la que module
el engranaje de la trama. La lógica pedestre e implacable de unos campesinos
que creen encontrada la oportunidad para beneficiarse de la venta de sus
parcelas, y del otro lado el sueño de una pareja de extranjeros, sobrevivientes
tardíos de los sueños de los años sesenta, que sienten haber encontrado en esa
tierra el lugar definitivo para construir su hogar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Si algún reparo cabría formularle
a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Las bestias</i> es que a los cerca de
noventa minutos parece terminar, se clausura la línea principal de la acción y
comienza una especie de continuación algún tiempo después, transición que se
marca con un largo fundido a negro y con el cambio de estación.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Esa especie de segunda película extrañará
menos a quienes conozcan el antecedente de lo que director y guionista hicieron
con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Madre</i>, un corto de diecisiete
minutos del 2017 y que dos años más tarde incorporaron a un largometraje de
idéntico nombre, en el que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>veremos lo
que sucedió con la protagonista una década más tarde, como si Sorogoyen y Peña
quisieran remarcar la idea de que la vida prosigue más allá de los finales que
un guion por necesidades o conveniencias de estructura debe marcar.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Sólida en su construcción, con
una fotografía hermosa que firma su colaborador habitual Alex de Pablo y con un
convincente trabajo de actuación, mínimo otras dos cosas habría que destacar en
beneficio de una película absolutamente recomendable. La primera tiene que ver
con el manejo que el director hace del suspenso, un elemento que no falta en
sus obras y que controla con un rigor y una astucia ejemplares, apoyado en los
efectos de clima emocional que consigue gracias a los sonidos y silencios de su
banda sonora.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Lo segundo es la manera como Sorogoyen
rueda, con una planificación que va de un personaje a otro, sabiendo cuándo fijarse
en uno de ellos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o cuando tomarlos en
conjunto, qué veces <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en quietud y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>qué otras en sus desplazamientos dentro del
plano, reforzando la fuerza <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de los
diálogos por el uso <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del campo y el fuera
de campo.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">A punto de abandonar la sala uno
quisiera que se repitiera la escena inicial de los caballos y así entender con
piedad ese lado salvaje del ser humano, siempre tan lejos del cielo y tan cerca
del barro y de la tierra.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-74321222495354682832023-10-11T17:05:00.004-07:002023-10-11T17:05:43.393-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><br /></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b></b></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><b><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/R5q99vV4o40" width="320" youtube-src-id="R5q99vV4o40"></iframe></b></div><b><br /><span style="font-family: georgia;">Pasajes: El amor en fuga</span></b><p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El viernes pasado la plataforma
Mubi incorporó a su programación la coproducción franco-norteamericana <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasajes</i> de Ira Sachs, película que había
tenido algunas funciones previas en salas alternativas de Medellín, siguiendo
el modelo con que ahora se trabaja de lanzar inicialmente en pocos teatros para
que quede registrado el estreno y luego llegar a la plataforma de suscriptores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">No tengo claro cuántos de los
ochos filmes de Sachs se hayan visto en Colombia. Su primer título data de 1997
y desde el comienzo su cine ha gozado con justa razón del aprecio de los
festivales, habiendo alcanzado incluso la competencia oficial de Cannes en el
2019 con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Frankie</i>, una obra hermosa sobre
las erosiones y fracasos que con el tiempo vamos acumulando. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Conozco solo la mitad de los
filmes que ha realizado el norteamericano, pero en todos ellos encuentro cosas
que emocionan y que confirman la línea por la que transita este director,
interesado <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en contar historias de hondo
calado humano, logrando un ajustado equilibrio entre<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>situaciones y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>personajes merced a guiones que revelan un
paciente y esmerado trabajo de preparación, varios de ellos con la
participación del brasilero Mauricio Zacharias.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasajes</i> se estrenó en este 2023 en el festival de Sundance <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y luce acertado considerarlo un paso adelante
en una carrera artística que progresa sin estridencias ni fuegos artificiales.
Por el contrario, Sachs avanza hacia una esencialidad y una desnudez en los
hechos que narra, centrando esta vez el drama en solo tres protagonistas y
abandonando <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la cierta coralidad de
algunas de sus obras anteriores.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El juego del matrimonio</i> del 2007 se traslucía la deuda del
norteamericano con Woody Allen, en cuanto su acercamiento<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a las dudas, vacilaciones y mentiras del amor
en pareja estaba muy cerca de lo que ya nos había mostrado el autor de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Annie
Hall</i> en varias de sus comedias, tocadas por instantes por giros dramáticos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El juego del matrimonio</i> luce en ese sentido como una buena vía de
aproximación al cine de Ira Sachs, en cuanto pone en claro que el mundo que
interesa al director<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>es el del amor y el
de las relaciones sentimentales con sus sinuosidades y desvíos, decantándose en
oportunidades por el amor gay, tal como aparece en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasajes</i> y estaba en su trabajo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">El amor es
extraño</i> del 2014.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasajes</i> trata de un triángulo amoroso en el que una mujer irrumpe y
viene a perturbar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el estar tranquilo de una
pareja que vive y trabaja en Francia, integrada por Tomas, un director de cine
y Martín, un artista <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>gráfico. La
aparición accidental de Agathe<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el
último día de un rodaje precipita en Tomas la curiosidad de sentirse atraído
por una mujer y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>muy abruptamente se
enreda en la experiencia de un amor heterosexual en paralelo. La película que
Tomas termina en ese momento se llama también <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasajes</i> y parece como si Sachs <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>quisiera contrastar la seguridad del personaje
en la ficción con las incertidumbres en las que pronto lo miraremos caer. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La obra, de una puesta en escena precisa
y funcional, está construida en tres movimientos, a la manera de una pieza
musical. En el primero asistimos a la intensidad con que el director de cine
vive su nueva relación con Agathe; en el segundo vemos cómo lentamente aparece
en Tomas el sentimiento de vacío que le deja el abandono de su pareja de años, y
en el tercero sabremos del intento frustrado de encontrar acomodo en un
triángulo que termina fracturado en todos sus ángulos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El cine de Ira Sachs resulta
inconcebible por fuera del papel<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que otorga
a sus actores. Sin ellos sería imposible la sutileza de las pequeñas
variaciones emocionales que el director muestra y que en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pasajes</i> se logra gracias a la presencia de Franz Rogowski, tal vez
el actor alemán más potente de la actualidad, del británico Ben Whishaw en su
caracterización del frágil Martin, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y de
una extraordinaria Adele Exarchopoulos, capaz de resistir la fijeza de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la cámara y alcanzar una <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>expresividad
plena a partir de mínimos gestos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El amor es siempre vulnerable y
quebradizo, más allá del tipo de amor de que se trate, y en el terreno movedizo
e incierto <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de los sentimientos asechan
las tentaciones, las traiciones y los fracasos. De eso nos habla Ira Sachs en
sus películas, que tienen a propósito bellísimos finales en los que se filtra siempre
una<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>luz de esperanza que invita a seguir
y que nos hace recordar los versos que escribiera Roberto Luis Stevenson: “¿Qué
es la vida?: en un páramo inhóspito/ ver al amor llegar, ver al amor marcharse”.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-21236834134160405052023-09-05T05:37:00.002-07:002023-09-05T05:37:15.970-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/yyKeNa4tQJo" width="320" youtube-src-id="yyKeNa4tQJo"></iframe></div><br /> <p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">Luna roja: El mar como
destino<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">En el año 2010 apareció en la Quincena de Realizadores del
Festival de Cannes la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Todos vosotros
sois capitanes</i> de Oliver Laxe, título con que se dio inicio a una
interesante línea regional del cine español. En un fenómeno raro que sumó el
interés de la Junta de Gobierno y la Televisión de Galicia se logró un apoyo
para el cine de la Comunidad y Laxe con su enorme talento consiguió visibilidad
para una cinematografía de la que poco o nada se conocía internacionalmente.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">Luego de más de trece años de lo que se pudiera denominar con
una fórmula al uso como el Nuevo Cine gallego tal vez sea hora de un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>balance, con una mirada de conjunto sobre
autores y filmes, de modo de intentar con una mínima ilustración una valoración
del movimiento. Sería un asunto espléndido para que algún festival colombiano
se ocupara de esa labor, aunque no luce probable en un momento en que esos
eventos en el país solo consiguen financiación si sus ejes temáticos son
sociales o políticos; los problemas estéticos e históricos del cine han sido
borrados de un porrazo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">No conozco más de cinco o seis películas de ese cine gallego
y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en ellos llama la atención la
existencia de una serie de elementos comunes, los que creo se recogen en buena
parte en las declaraciones de dos de sus realizadores. “Galicia es una sociedad
muy apegada a la naturaleza”, dice Xacio Baño, y Diana Toucedo manifiesta a
propósito de una de sus obras: “También quería mostrar una idea de tiempo que
es profundamente gallega, en la que el pasado, el presente y el futuro quedan
como entrelazados, y ya no es una idea de tiempo más lineal y estanca”.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">La presencia permanente de la naturaleza, un manejo
particular del tiempo y una forma distinta de narrar son quizás los datos
centrales para acercarse a ese grupo de películas. La geografía y los paisajes
no responden a una simple ubicación del lugar donde transcurre la acción; los
distintos planos temporales parecen fundirse en una sola dimensión, y la
narración no se articula a través de hechos puestos en una cadena de
causalidad, por lo cual el espectador tendrá que entrar a conectar lo que simplemente
está puesto en imágenes. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">En el contexto anterior encaja a plenitud <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luna roja</i>, una película de Lois Patiño del
año 2020 que llega<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tardíamente a las
salas alternativas de Medellín, pero cuya visión se torna imprescindible para
la buena cinefilia y para todo aquel que quiera acercarse al nuevo cine
gallego. En ella están la naturaleza, el tiempo y una manera moderna y distinta
de narrar. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">La película se inicia con unas tomas acuáticas en lo que
parece un barco sumergido y una voz que expresa sentenciosamente: “Ahora que la
bestia los atrapó a todos, nadie podrá decir que yo mentía”. El que habla, se
sabrá pronto, es Rubio, un habitante del poblado responsable del rescate de más
de cuarenta náufragos y ahora él mismo desaparecido. Todos los habitantes
lamentan su muerte y la atribuyen a causas distintas, pero como principal la
luna roja que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>despierta al monstruo que habita
en el fondo del mar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">No hay diálogos en la película, solo monólogos de seres
inmóviles situados en una especie de intemporalidad, seres fantasmales que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pertenecen a un universo donde el pasado se vuelve
presente y se combina con la tradición y la leyenda, dando un agregado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que oscurece o anula toda pretensión de
verdad. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Luna roja</i>, a diferencia del
relato clásico en que los desenlaces poseen un carácter explicativo, opta por
dejar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el espectador inquietudes y preguntas
frente a lo que muestran las fuertes y conmovedoras imágenes.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">Esa especie de zona fronteriza que parece reunir vivos con
fallecidos hace recordar como obligada referencia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la novela <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Pedro
Páramo</i> del mexicano Juan Rulfo. “No es real, no puede serlo, somos el sueño
de alguien”, se escucha en el soliloquio de uno de los presentes. Las cosas que
sucedieron antes como la construcción de una gran presa, ahora abandonada, pesa
con igual fuerza que la desaparición de Rubio, quien al final regresará. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">Lois Patiño propone un tipo diferente de verosimilitud que no
descansa sobre el carácter<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>realista de
la acción sino que está <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>confiada al
potente universo visual que el director construye, mérito fundamental de la
película. Lo que Mario Vargas Llosa llamaba en un ensayo la fuerza persuasiva
de la ficción reside en este caso en lo que sugieren las<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cautivantes imágenes de Patiño, responsable
también de la fotografía de la película.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;">Filmada con escasísimos primeros planos y un formidable diseño
sonoro, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Lúa vermella</i> posee los
alcances de una auténtica revelación, a cargo de un realizador con un futuro
que luce promisorio y enriquecedor para el cine de su país y de su Galicia. <o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-11309836297817738992023-08-13T16:24:00.003-07:002023-08-13T16:24:23.749-07:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><a href="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiedIPAnJVaiomFiv1KOY8Yr5SMkuKOrtgRmMLuDnixZjgW0YwBnrF8VU3Tinpitx6NNUWfBqzqHtRc4KzoI2PKKTJ7hntfyiz1xNuue2QBkhkEAdTfrarnW1sucEI8xrEt17ThH9TMz_y4lSgp5fZBf6bM-dtDysg5p234_QGgZ08Q-Hmq_OQBmkR7U7Q" style="margin-left: 1em; margin-right: 1em;"><img alt="" data-original-height="576" data-original-width="768" height="240" src="https://blogger.googleusercontent.com/img/a/AVvXsEiedIPAnJVaiomFiv1KOY8Yr5SMkuKOrtgRmMLuDnixZjgW0YwBnrF8VU3Tinpitx6NNUWfBqzqHtRc4KzoI2PKKTJ7hntfyiz1xNuue2QBkhkEAdTfrarnW1sucEI8xrEt17ThH9TMz_y4lSgp5fZBf6bM-dtDysg5p234_QGgZ08Q-Hmq_OQBmkR7U7Q" width="320" /></a></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><br /><p></p><p class="MsoNormal"><b><span style="font-family: georgia;">Blue Jeans: Volver a
los orígenes<o:p></o:p></span></b></p><p class="MsoNormal"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora </b><o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Hace apenas cinco años que la
Muestra de Cine de Venecia, uno de los tres festivales mayores del mundo,
admitió en competencia y finalmente premió un filme producido por Netflix y que
estaba destinado a ser presentado en su plataforma de streaming. El León de Oro
a <i>Roma,</i> el filme del mexicano Alfonso Cuarón, marcó el
principio de lo que muchos consideraron un paso más en lo que se ha venido
calificando como la muerte del cine,
entendiendo por tal el cambio radical en la forma de exhibición,
producción y circulación de un material
que antes eran películas destinadas a los teatros y ahora son memorias
digitales con distintas opciones de visionado.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">La lucha que en ese momento se intentó librar por preservar la diferencia
entre obras producidas para ser proyectadas inicialmente en salas de cine y
otras en camino a las plataformas estaba fracasada desde el comienzo y me hizo pensar
en otra también fallida que en los años cuarenta emprendieron los empresarios
cinematográficos contra la naciente televisión. Digamos resignadamente que los
hechos del futuro desbordan y sepultan los del pasado. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Por edad debo confesar que mi
generación se formó viendo las películas en salas y en pantallas grandes, por
lo cual era natural la resistencia a que se empobrecieran las condiciones
físicas de la exhibición. Sin embargo, hoy debo admitir que el balance de las
pérdidas cada vez se debilita más en presencia de las enormes ventajas de lo
que algunas de las plataformas nos están
ofreciendo.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Toda esta larga digresión para
contar que hace pocos días se incorporó a la programación de MUBI un
cortometraje francés que nunca había visto y del que apenas contaba con
referencias bibliográficas. Se trata de <i>Blue
Jeans</i>, un trabajo que el director Jacques Rozier filmó en el año de 1957 y
que se constituye en el anticipo de lo que sería <i>Adiós Filipina</i>, su primer largometraje de 1962. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Si bien la idea es hablar de <i>Blue Jeans</i>, antes conviene anotar que <i>Adiós
Filipina</i> es junto a <i>Sin aliento</i>
de Jean-Luc Godard las películas que más esencial y raizalmente ejemplifican lo
que traía al momento de su aparición la Nueva Ola francesa, el movimiento de
renovación cinematográfica más importante desde los años cincuenta del siglo
pasado hasta la fecha. Poco o nada novedoso se ha ensayado desde entonces que
no sea de alguna manera deudor de lo que aportaron estos filmes y de los que
realizaron otros como Francois Truffaut,
Alain Resnais, Claude Chabrol y un variado etcétera.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El entusiasmo que me despierta <i>Blue Jeans</i> en esta hermosa copia
restaurada es que en ese corto estaba prefigurada <i>Adiós Filipina</i> y en esa medida en sus veintitrés minutos de
duración aparece la síntesis anticipada de lo que sería la Nueva Ola francesa,
con una riqueza y una clarividencia que no recuerdo haber visto en ningún otro
corto de los grandes directores del movimiento. Quien desconozca o tenga
escasas nociones sobre lo que fue la Nueva Ola francesa encontrará en este trabajo
una primera y excepcional aproximación.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Ya en la escena de arranque de <i>Blue Jeans</i> se percibe el clima de innovación
y libertad que el movimiento buscaba,
con una cámara en exteriores que quiere registrar la realidad, el bullicio y la
intrascendencia de lo que ocurre en la calle. La historia es breve, con dos
muchachos que en sus motos gastan los días del verano intentando seducir y enamorar jóvenes visitantes. Así
están un día sí y el otro también, en procura de encuentros que justifiquen los
francos que se gastan en el combustible.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">El desarrollo argumental carece
de parábola dramática, manteniendo uno de los hallazgos de la Nueva Ola y el
cine moderno como lo es la captura de los tiempos muertos en los que nada
sucede, una diferencia radical con la construcción clásica apegada a solo
mostrar hechos de incidencia en la causalidad del relato. Los muchachos y sus
dos amigas van y vienen, nada especial sucede, simplemente las horas fluyen y
su cierre carece de cualquier sentido de final, simplemente con un paseo más por las calles de Cannes.<o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;">Hay frescura y alegría en <i>Blue Jeans</i> de Jacques Rozier, un corto con
un sentimiento profundo de verdad. Una suerte
poder descubrir gracias a una plataforma como MUBI un título antológico,
con alcances de auténtico manifiesto sobre la Nueva Ola francesa y a ritmo de
Cha Cha Cha. <o:p></o:p></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-40673182053276370282023-07-22T14:15:00.000-07:002023-07-22T14:15:01.100-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/m0oJcrPqOiA" width="320" youtube-src-id="m0oJcrPqOiA"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">To Leslie: El precio de una vida mejor <o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Orlando Mora<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Entre las veintitrés categorías
que premia el Oscar, en este 2023 se coló en las nominadas a mejor actuación
femenina una película que carecía de cualquier otra candidatura, una auténtica
rareza en medio de títulos que figuraban como seleccionadas a distintos
reconocimientos. Junto a Cate Blanchett, Michelle Yeoh, Ana de Armas y Michelle
Williams aparecía la inglesa Andrea Riseborough por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">To Leslie</i>, filme que alcanzó a generar cierta polémica porque los
grandes Estudios se quejaron de la forma como se había conquistado su postulación,
con llamadas e invitaciones personales para que los académicos la vieran y
apoyaran, ya que sus productores carecían de los recursos para las millonarias campañas
de promoción que alimentan las candidaturas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El estreno <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en Colombia en poquísimas salas de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">To Leslie</i> de Michael Morris, a veces bajo
el título<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Mala suerte, buena suerte</i>, sirve para deshacer la falsa creencia de
que por nuestras pantallas pasa todo el cine norteamericano, cuando en realidad
solo llegan los grandes tanques que nutren y sostienen en el mundo entero la
cartelera comercial. Por fuera de esos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>títulos quedan al año en los Estados Unidos cientos de películas
pequeñas que no alcanzan por costos ni siquiera <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su lanzamiento comercial, quedando condenadas al
ostracismo y al <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>olvido.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">To Leslie</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> pertenece a ese grupo de trabajos independientes, tuvo
un discreto estreno en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>U.S.A<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y solo
la memorable actuación de Andrea Riseborough y su candidatura al Oscar explican
que tengamos ahora <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la oportunidad de verla
y disfrutar de sus muchas virtudes, que no se agotan en los más que merecidos
elogios que ha recibido su maravillosa actriz.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Empecemos por decir que los
valores del filme no radican en la originalidad o novedad de su planteamiento
temático. Poner en palabras la sinopsis de la obra engendraría el riesgo de que
alguien pensara con razón que se trata de una historia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ya vista y contada, con Leslie como <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una mujer que, tras ganar 190.000 dólares en
una lotería y aspirar a tener “una mejor vida”, desciende al infierno del
alcohol y las drogas y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tras una dolorosa
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lucha alcanza la redención. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">To Leslie</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> debe toda su calidad a una puesta en escena sobria y
precisa, que no cae en <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>distracciones ni sinuosidades
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de ningún tipo. La narración avanza por
corte directo de una secuencia a otra, con una cámara que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>centra los encuadres en la protagonista, sin <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>subtramas o focos de atención marginales que
desvíen la atención de lo que sucede con la mujer, presente prácticamente en la
totalidad de los planos de la obra. En ese sentido puede hablarse de una
linealidad que no simplifica y que se <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>concentra en la acción, a lo que contribuye un
montaje eficiente <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que respeta la
causalidad de los hechos del relato.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Ahora bien, lo que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>llama la atención son las decisiones del director acerca de qué <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mostrar y qué soslayar en el recorrido vital
de su personaje, algo que claramente se sitúa <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>más allá de la mera edición y responde, por el
contrario, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a la voluntad de Michael
Morris de no hacer explícitos los momentos de máxima degradación de Leslie, en
un gesto de piedad que nos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hace recordar
la vieja definición de Jean-Luc Godard del<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>travelling como una cuestión de moral <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o todavía más, el luminoso texto de Jacques
Rivette, cuando en el año de 1961, a propósito de un travelling de la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Kapo</i>, hablara de abyección a propósito
de su director, el italiano Gillo Pontecorvo. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Morris viene del teatro y las
raíces de esa formación son plenamente reconocibles en la obra. De un lado por la
centralidad y el protagonismo que ocupan los actores, responsables de conferir
a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">To Leslie</i><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el poder de persuasión que la distingue. Lo segundo
es el cuidado en la construcción de las escenas, las que igual que en la
representación teatral no se fragmentan, dejando que cada una de ellas alcance un
desarrollo y una plenitud sin cortes. La preservación de su integridad
dramática<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>vuelve excepcionales las
cuatro escenas que transcurren en el bar, pasajes de verdadera maestría por la
contención y la manera como el director evita la tentación del lugar común. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En alguna entrevista Michael Morris
aludía al recuerdo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">París, Texas</i> de
Wim Wenders como una de sus referencias a la hora de plantear la soledad y la
incomunicación de Leslie y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo que
representa como constatación de un fracaso personal su relación con el hijo,
asunto que el director zanja con un final acaso un tanto complaciente y que en
buena parte muchos criticarán <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como un
happy end muy americano, aunque también apunta a esa luz de esperanza que el
director quiere dejar en la vida de su protagonista, juzgada con dureza por
amigos y por una sociedad que nunca entenderá el infierno de los adictos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">To Leslie</span></span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"> es una película realista, pero no naturalista gracias a
su puesta en escena, y trae de nuevo al primer plano las relaciones del cine y
la realidad, un tema que nunca desaparecerá y al que la revista <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Cahiers du Cinema</i> en su número 800 <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de julio-agosto dedica un largo espacio de
reflexión. Sinceridad y un sentido de verdad campean en este primer trabajo de
Michael Morris, un inglés que intenta expresar el sentimiento de una
norteamérica profunda, de aquella que buscaba un director como Robert Altma</span>n. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-30655798885819758312023-07-16T06:11:00.002-07:002023-07-16T06:11:19.331-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/N7VLaLlqOq4" width="320" youtube-src-id="N7VLaLlqOq4"></iframe></div><br /> <p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">R. M. N: Los
demonios del odio<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El cine rumano se ha constituido en
uno de los escasos fenómenos que en lo corrido del siglo XXI ha aportado un nuevo
aire al conjunto de la cinematografía mundial. La vitrina de los festivales
internacionales de cine y muy particularmente el de Cannes han servido para
garantizarle la promoción y publicidad que de otra manera jamás hubiera
logrado. Los realizadores rumanos han conquistado en estos años <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>premios de gran notoriedad en esos certámenes,
siendo sin duda los mayores la Palma de Oro en Cannes a Cristian Mungiu en el
2007 por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">4 meses, 3 semanas y 2 días</i>,
y el Oso de Oro a Radu Jude en Berlín en el 2021 por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Sexo desafortunado o polvo loco</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Hace pocos días se estrenó en el
país una nueva película rumana que se inscribe en la realidad descrita en el
párrafo anterior, como que fue lanzada en la competencia de Cannes en el 2022 y
su director es el mismo de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">4 meses, 3
semanas y 2 días</i>. Solo que esta vez su <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>enigmático título, a pesar del pleno sentido
que posee, representa un reto para su distribuidora por el riesgo de pasar
inadvertida en medio del silencio que hoy cubre los estrenos en pantalla
grande, relegados en los medios de comunicación a una posición subalterna
respecto de las series y los lanzamientos de las grandes plataformas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En esta ocasión<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tal vez valga la pena empezar justamente por
el título del filme, ya que recoge buena parte del que pudiera ser el
significado de la obra. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">R. M. N (</i> Resonancia
magnética nuclear) es el nombre del examen que le practican al padre del
protagonista y cuyas imágenes <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>son
observadas reiteradamente por Matthias, tratando de descifrar lo que para él no
resulta ni puede resultar transparente, así como tampoco logrará entender las
cosas que pasan en su comunidad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En el inicio de la película la
cámara acompaña a un niño en su desplazamiento hacia la escuela por el camino
boscoso de un pequeño pueblo situado en la Transilvania rumana. De pronto el
chico observa algo, retrocede despavorido y a partir de entonces deja de
hablar, sin que lo que ha visto se revele a lo largo de la obra, una de las
llaves para abrir el abanico de lecturas que el director en definitiva nos
propone.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Mungiu estructura narrativamente
su película a partir de la voluntad de mantener en la sombra la respuesta a los
dos interrogantes anteriores, a los que agrega un final de deliberada
ambigüedad, haciendo que en la imagen unos osos difusos aparezcan a una
distancia que les otorga un carácter más simbólico que real e introduciendo una
dosis de subjetividad que contrasta con la dureza del realismo observado en el
resto del filme.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Ese desenlace <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se encuentra precedido por una larga secuencia
de algo más de quince minutos en los que con cámara quieta y un único encuadre el
director registra la discusión en que se trenzan los habitantes del pueblo,
gentes sin rasgos aparentes de maldad, en los que de pronto el demonio de la
xenofobia y la irracionalidad explotan, poniendo al descubierto el peor lado de
la condición humana, esa a la que el poeta español Miguel Hernández aludía en
uno de sus poemas: “Me llamo barro aunque Miguel me llame”. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El peligro más grave que amenaza
la valoración de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">R. M. N </i>es catalogarla
como una especie de alegato en contra del odio al extranjero que hoy alimenta
la vida de muchas comunidades, supuestamente amenazadas por la llegada de
terceros que entran a desplazarlos de sus puestos de trabajo y a afectar sus costumbres
y valores. Desde luego que eso está en la obra de Mungiu, pero trascendido por
otros elementos que la enriquecen <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y la
transforman para bien de manera sustancial.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El eje argumental de la película
camina sobre el personaje de Matthias Auner, un rumano que ha emigrado a
Alemania y al que vemos en la segunda escena laborando en <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un matadero, humillado y tratado como “gitano”
por un compañero de trabajo, al que golpea ante la provocación. Matthias decide
volver apresuradamente a su tierra, preocupado por la crisis de su hijo, el
niño que hemos visto huir aterrado al comienzo de la obra.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">A su regreso Matthias intenta
recomponer los pedazos de una vida pasada rota, sin que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su propia torpeza y sus ideas machitas y
sexistas ayuden en mucho. Si bien la cámara no subjetiviza<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el relato, es evidente que lo que sucede en
el pueblo se descubre a través de los ojos del protagonista y de lo que en ese
momento encuentra. En los hallazgos aparece uno de los personajes más inolvidables
que hayamos visto en el cine reciente, Csilla, la antigua amante de Matthias,
una mujer en lucha por preservar una integridad personal en medio de las
limitaciones del entorno físico y social. La actriz Judith State borda una
actuación admirable, ciertamente modélica en la contención y riqueza de los matices.
<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Cristian Mungiu entiende que sus
personajes son inseparables de la geografía y el paisaje en que actúan, por lo
cual utiliza una planificación que no los encierra ni ahoga, otorgándoles un
espacio que sirve para mantener el equilibrio entre lo grupal, lo colectivo y
el drama individual en que al final se desenvuelve siempre la vida. <i style="mso-bidi-font-style: normal;">R. M. N</i> es una obra sólida y potente en
sus planteamientos centrales y en sus logros estéticos.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-84596375075792612162023-07-10T05:19:00.001-07:002023-07-10T05:19:10.231-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/8ZUSe4Sj5XA" width="320" youtube-src-id="8ZUSe4Sj5XA"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">A<span style="font-family: georgia;">steroid city: Planetas en rotación<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">No suena desmesurado afirmar que
Wes Anderson es tal vez la voz más original del actual cine norteamericano y la
más fácilmente reconocible. Bastarán unos pocos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>planos de cualquier escena para que un espectador enterado identifique
de inmediato al director de obras como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Isla
de perros</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El gran hotel de Budapest</i>,
sin que se requiera de un número mínimo de minutos para adentrarse en la trama.
El sello de autor de Anderson tiene que ver ante todo con su particular estilo
visual, caracterizado por datos como el color, sus amplios movimientos
laterales de cámara<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y la frontalidad de
sus encuadres. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Hace algunos días se lanzó
comercialmente en el país su última película, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asteroid city</i>, estrenada mundialmente en el Festival de Cine de
Cannes del pasado mes de mayo, un certamen al que ya el realizador había
concurrido en ocasiones anteriores con los títulos <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Moonrise Kingdom</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La crónica
francesa</i>, habiendo cosechado esta vez una reacción de la crítica
especializada menos entusiasta o al menos dividida entre quienes la valoraron
como otro gran trabajo del director y los que consideraron que se trataba de un
Anderson demasiado Anderson.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Lo cierto es que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asteroid city</i> plantea de entrada retos
severos al espectador, al punto de dificultarse su apreciación sin un
conocimiento previo del cine del director, bagaje casi indispensable para
no<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>caer en el desconcierto y la
perplejidad ante la propuesta que esta vez nos trae Anderson, claramente inscrita
en la línea de sus obras anteriores. Si de manera<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sucinta se quisiera especular acerca de las
razones que han convertido su filmografía en materia de admiración, creo que
ellas apuntan en la dirección de la forma libérrima en que el director enfrenta
la tarea de contar sus historias, introduciendo un concepto de posmodernidad
que va más allá de la modernidad que había conocido el cine a partir de
experiencias como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El ciudadano Kane</i>
de Orson Welles, los filmes de Roberto Rossellini a comienzos de los años
cincuenta y la Nueva Ola francesa a finales de los mismos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si en el cine moderno
desaparecían elementos como la causalidad y el sentido de plenitud en los
argumentos y eran reemplazados por la fragmentación y la opacidad de las
motivaciones, Anderson parece construir su cine a partir de lo lúdico y de la
necesidad de entregar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al espectador un
sentido del placer visual y sensorial en general. Los suyos son especies de
juguetes que se arman a partir de piezas que encajan unas en otras, transitando
de hechos y sentimientos simples<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hacia
otros más complejos, sin que al fin importe demasiado si ese fin se logra, ya
que en el camino el público queda irremediablemente prendado de la belleza y el
colorido de sus imágenes y de la destreza de una planificación de profunda
inventiva personal.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asteroid city</i> el director repite su trabajo en la escritura de la
historia con su colaborador habitual Roman Coppola, hijo del celebrado autor de
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Apocalipsis now</i>, y entre ambos fraguan
una historia un tanto más compleja de lo habitual, dado que en lugar de la
linealidad de la trama de sus obras precedentes, esta vez hay una construcción
en paralelo de dos mundos diferentes que se despliegan alternadamente, pero que
se encuentran imbricados y destinados a influirse uno en el otro, amplificando
el marco presuntamente significativo de ambos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">De un lado asistimos en los años
cincuenta a la documentación del montaje de una pieza teatral llamada Asteroid
city <i style="mso-bidi-font-style: normal;">y</i>, filmado en blanco y negro, un
universo más cerrado y en formato visual cuadrado. Asteroid city será a la vez
el nombre de un pequeño pueblo en el suroeste de los Estados Unidos, con un
diseño visual esquemático y que recuerda lejanamente cuadros de pintores como
Edward Hopper y escritores como Sam Shepard.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El sentido de la relación de esos
dos espacios interroga <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de principio al
espectador, que bien podrá descifrarla desde su propia perspectiva o fracasar
en el intento, sin descubrir si hay en ello una significación oculta que se le
escapa. A ese propósito, vale la pena recordar que en alguna entrevista el
director ha hablado <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sobre el sentido de sus
historias y confesado que le interesa evitar que sean comprendidas de una forma
demasiado literal o que se puedan reducir a una sola interpretación. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En el pueblo de Asteroid city se
cumple una reunión<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de astrónomos jóvenes
y cadetes oficiales especialmente brillantes, niños genios cuya esquematizada <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cotidianidad se ve alterada por la aparición
de un alienígeno, en cuyo diseño Wes Anderson vuelve a mostrar el gusto que siente
por la animación, modalidad en el que cuenta con trabajos notables como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Isla de los perros</i> o <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El fantástico señor Fox</i>, tornando evidente
lo mucho que ese tipo de cine nutre y alimenta su cine de imagen real.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Al final <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asteroid city</i> como película nos deja, por lo menos en nuestro caso
personal, una cierta sensación de vacío, de que más allá de valores formales y
momentos de gloriosa composición queda muy poco y que campea una amenazante
insustancialidad en lo que se nos propone. La tendencia a la infantilización de
las historias se encuentra en las raíces del cine de Wes Anderson, la que se supera
en sus mejores títulos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
excéntricos Tenembaums</i> en los que detrás del humor subyace un entramado de
sentimientos más profundos, algo que esta vez no sucede en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Asteroid city.<o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-35925859513741411422023-06-07T10:44:00.003-07:002023-06-07T10:44:28.190-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/T-_AbsekkTo" width="320" youtube-src-id="T-_AbsekkTo"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Nuestra película: Memoria del horror<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si bien una parte considerable de
los documentales se apoyan por pasajes en materiales de archivo, hay una
modalidad de esta clase de cine en que ellos se convierten en fuente única para
la construcción de la película, con lo cual el trabajo de dirección se
concentra inicialmente en la selección de lo que se utilizará como materia
prima y a continuación su labor se hermanará con la del editor o montajista
para<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>encontrar el orden y el sentido que
darán por resultado la obra terminada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Nuestra película</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> de Diana Bustamante es un documental de
archivo que acaba de estrenarse en las salas comerciales, aunque no es claro si
logrará mantenerse más allá de una semana en cartelera o si cederá el espacio
al puñado de lanzamientos comerciales norteamericanos del verano. Confiemos en
que alcance unos días más de exhibición, ya que se trata de una pieza <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que a más de conmovedora y dolorosa<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>debe calificarse de imprescindible <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>para evitar que el olvido sepulte <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>imágenes que no deben perderse.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Diana Bustamante es una de las
mejores productoras del país, capaz de sacar adelante proyectos artísticos de
riesgo y con resultados espléndidos como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
sirga</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El vuelco del</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">cangrejo</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La tierra y la sombra</i> y <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
viajes del viento</i>, entre otros. Ahora se lanza a la realización con un
documental de características bastante particulares en las que conviene
detenerse.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La primera es la decisión radical
de utilizar exclusivamente material de archivo, sin incorporar un solo plano
rodado para la ocasión. La segunda es que ese material se ha tomado de los
archivos de las programadoras que manejaban noticieros de televisión, de modo
que lo que el espectador va a ver son los informes captados por los
camarógrafos y periodistas que cubrían la actualidad. La tercera radica en que
la directora resuelve emplear imágenes que se emitieron y otras que quedaron
como descartes por alguna falla y que finalmente no se transmitieron. La cuarta
y última es que ese material visual se ha utilizado sucio, sin alterarlo
mediante procedimientos técnicos que lo volvieran más limpio. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Los hechos que se registran en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nuestra película</i> corresponden a finales
de la década del ochenta del siglo pasado, principalmente los años 1988 y 1989,
considerados como dos de los más violentos vividos en la Colombia sacudida por
el fenómeno perturbador del narcotráfico, combustible letal que ha alimentado
el incendio en que el país ha vivido en los últimos cincuenta años.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Diana Bustamante se acerca a ese
material con una perspectiva generacional, la de alguien que por edad presenció
muchas de las imágenes que ahora manipula siendo una niña, con lo cual pervive
un sustrato de reconocimiento, de remembranza de algo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>visto hace mucho tiempo y que ahora, ya
adulta, despierta sentimientos personales muy diferentes y complejos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Nuestra película</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> se inicia con la escena de un coro de
niños que cantan el himno nacional, punto de inicio y de cierre de las
emisiones de la televisión nacional cuando no se salía al aire las veinticuatro
horas del día. Sobre esas imágenes se escucha la voz de la directora, que dice:
“Yo no soy ninguno de esos niños, pero pude serlo”, con lo que queda claro que
es la niña de entonces y ahora directora de cine la que nos mostrara los
círculos del infierno al que descenderemos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Lo que sigue es una sucesión de
informes sobre muertes y masacres, que empiezan en enero de 1988 con el
asesinato del procurador Carlos Mauro Hoyos y prosiguen con el registro de una serie
de muertes de hombres públicos como Jaime Pardo Leal, Bernardo Jaramillo, José
Antequera, Carlos Pizarro Leongómez y Luis Carlos Galán. Lo más conmovedor es
identificar que algunos de los que hoy acompañaban un féretro, al día siguiente
eran las nuevas víctimas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La directora estructura su relato
con un cierto orden, que inicia con los informes de televisión sobre
muertes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de figuras nacionales
reconocidas, pasa luego a los que registraban terribles masacres de más de
veinte o treinta personas, da paso a momentos que captan el dolor
indescriptible de las víctimas ante el asesinato de sus esposos y sus hijos, prosigue
con la manera como quedaban los carros y los lugares de las masacres<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y llega más tarde a los sicarios, menores de
edad convertidos en asesinos a sueldo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Diana Bustamante se nutre como
simiente de sus recuerdos lejanos de niña, pero trabaja a partir de lo que
otros registraron, por lo cual se configura un uso altamente sugestivo de la
primera persona, con la voz en off de la directora que introduce breves apuntes
que tienen que ver con ella, pero negándose a crear una narración sobrepuesta a
las imágenes que les otorgara un sentido preestablecido. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Incorporar hoy y presentar informes
televisivos de entonces sobre lo que fueron esos años de violencia demencial <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se constituye en un acto de resistencia contra
un olvido que luce como amenaza inminente <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y que se refleja incluso en la precaria
conservación de los materiales con que acá se trabaja. Lo importante es no
olvidar, sería criminal hacerlo. De eso trata <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Nuestra película</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-75058173672334309152023-05-31T16:27:00.000-07:002023-05-31T16:27:00.287-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/gB8DgTD7lpY" width="320" youtube-src-id="gB8DgTD7lpY"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Marx puede esperar: Una muerte en la familia<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En estos tiempos de tanta
plataforma de streaming no resulta fácil acertar en la selección de qué ver en
medio de una oferta francamente abrumadora. Dado que buena parte del material
que por allí circula está concebido para atender el ocio de una tarde de
domingo, en mi caso el único consejo práctico que ensayaría es el de estarse a
la calidad de una plataforma que luce como imprescindible para los buenos
cinéfilos. Se trata de Mubi, que sube diariamente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una película con antecedentes que la harán con
certeza mínimo interesante. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Es conveniente advertir que en
ocasiones el material de Mubi se resiente de cierta dificultad para el
espectador, por lo que resulta oportuno en todas las ocasiones buscar en
internet información sobre lo que va a verse y sobre su director. No hay que
olvidar que las películas tienen su propia biografía: pertenecen a un
realizador, forman parte de una cinematografía nacional, se realizan en un
contexto histórico determinado, etc y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>conocerla ayuda a una lectura más rica e
ilustrada. Una obra vista con esa perspectiva podrá revelarnos cosas que de
otra manera a lo mejor quedarían ocultas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La digresión anterior sirve para
referirnos a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marx puede esperar</i>, una
película italiana <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estrenada hace pocos
días en esa plataforma y que por sus características de documental sería de
impensable llegada a las salas comerciales. Presentada en el festival de cine
de Cannes en el 2021, evento que ese año rindió un más que justo homenaje a su
realizador Marco Bellochio, su enorme belleza crepuscular tocará fibras muy
profundas de cualquier espectador sensible. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Bellochio es ahora el último
sobreviviente de la brillante generación italiana que enriqueció la
cinematografía mundial en los años sesenta, aprovechando la herencia recibida
del Neorrealismo, el movimiento más importante del cine en la segunda posguerra
del siglo pasado. Luego de una filmografía de casi cuarenta títulos, el
italiano <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>decidió emprender un trabajo
sobre su familia, para el cual empezó por reunir en diciembre del 2016 a sus
hermanos y sobrinos en una cena con la que se inicia la película.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Seguramente el nombre del
director poco dice <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a las nuevas
generaciones, acaso solo uno más en el grupo de brillantes realizadores que
encabezan figuras legendarias como Ermano Olmi y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Bernardo Bertolucci. En medio de tanto
talento lindante con la maestría, de Bellochio hay que recordar que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los puños en los bolsillos</i>, su opera
prima de 1965, es la mejor de todas las primeras películas de ese puñado de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>autores y que conserva luego de sesenta años
una fuerza y una ferocidad inagotables.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Revisada en su conjunto la obra
del italiano, es fácil detectar que ella se articula<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>alrededor de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>temas que estaban en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los puños en los bolsillos</i> y que se han mantenido a lo largo de los
años. El primero de ellos y el más incidente es el de la familia, que aparece
con variaciones en la casi totalidad de su filmografía. A más de esa temática,
mirar las películas de Bellochio permite distinguir <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lo que fueron<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>etapas personales en su carrera, una de ellas a mitad de los sesenta
cuando cayó en <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la onda de una
politización que arrastró a muchos a creer que el mundo se podía cambiar, que efectivamente
el cambio estaba cerca y que la Historia caminaba en una línea que volvería
realidad la utopía socialista.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Procede destacar el asunto de la
familia y el período en que Bellochio se sumó al sueño revolucionario de esa
década porque ellos se encuentran en el centro de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marx puede</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">esperar</i>, y creo
que para cualquier aficionado conocer esos dos antecedentes le permitirá valorar
con mejores luces la sinceridad de este trabajo y la manera como sirve para
iluminar muchas piezas de su recorrido artístico. Dicho en otras palabras, este
documental funciona y quedará como un testimonio que arroja luces para una más
plena <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>comprensión de sus obras, punto
del que el director es claramente <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>consciente, dado que junto a las entrevistas
rodadas con su familia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y el material de archivo, Bellochio intercala
fragmentos de sus películas en un reconocimiento explícito de lo mucho que los
recuerdos familiares han pesado en el conjunto de su cine. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si bien parece válido destacar la
enorme importancia que para la cinefilia deja<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>este documental, sería injusto reducirlo a un trabajo para
especialistas, cuando justamente lo más notable es la universalidad de la
reflexión que Bellochio incorpora a partir del caso de su experiencia personal.
En el fondo <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marx puede esperar</i> nos habla
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de lo que significa la familia como un
universo en el que coexisten las más firmes de nuestras raíces y al mismo
tiempo un aire enrarecido que roza con inusitada frecuencia lo patológico. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En los recuerdos de la familia
Bellochio hay un hecho central y es el suicidio del <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mellizo de Marco, convertido en verdadero eje
de la obra, ya que en definitiva en los miembros sobrevivientes cunde un
sentimiento de culpa de haber abandonado al hermano, de haberse desentendido de
su vida, creyendo que poseía fuerzas que al final no existían y que lo llevaron
al trágico desenlace. Cada uno estaba en lo suyo, transitando su propio
desierto y nadie dispuso del tiempo para darse cuenta de que Camilo caminaba
hacia el abismo. El título de la película alude a una frase que el hermano le
dijo a Marco en 1968, en su última conversación, cuando el entonces ya prestigioso
director <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>creyó equivocadamente que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>abría una vía de esperanza al decirle, bajo el
influjo de su espíritu político de esos años, que el trabajo por el
proletariado podía redimir las carencias personales y Camilo le respondió escuetamente:
Marx puede esperar.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Toda una lección de
vida.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-37686443077685352032023-05-15T16:30:00.004-07:002023-05-15T16:30:57.026-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/BP5G0S5b62o" width="320" youtube-src-id="BP5G0S5b62o"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Marlowe: Un guiño a la nostalgia<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Por esta vez vale la pena a
propósito de una película comenzar hablando del texto literario en que se apoya.
Se trata del filme <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marlowe</i>, estrenado
hace un par de semanas y que destaca un poco en medio de una cartelera
raquítica y ahora bajo la severa amenaza de los tanques comerciales que llegarán
con el verano, un cine oligofrénico que se torna epidémico por estos meses. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Aunque <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marlowe</i> es dirigida por Neil Jordan, un autor de una solvencia que
se encuentra más allá de cualquier sospecha, me parece más destacable en esta
ocasión la mención a John Banville, un novelista irlandés dueño de una prosa
sugestiva e hipnótica y quien en el año 2014, se dice que a solicitud de los
herederos de Raymond Chandler y conocido su gusto por la literatura de la
llamada Serie Negra, aceptó <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>resucitar al
célebre detective creado por el escritor norteamericano, empeño que terminó con
la publicación de una novela firmada bajo el nombre del otro yo de Banville, el
célebre Benjamin Black.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">La rubia de ojos negros</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> es el título de la novela, la cual
desafortunadamente no conozco, lo que obliga a escribir más sobre sospechas
acerca de las relaciones a establecer entre la película y su fuente literaria, asunto
que si bien en otras ocasiones resulta subalterno y a veces francamente
irrelevante, en este caso se torna definitivo dado el carácter de claro
homenaje con que se ha escrito el texto original y que se ha conservado en la
versión cinematográfica, la que lejos de querer desprenderse de esa condición
parece haberla intensificado, trasladando lo que fue el homenaje de Banville a
la literatura de Chandler a un homenaje al cine de detectives de los años
cuarenta y cincuenta.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Otro será el lugar y otros los
llamados a ocuparse de los grandes méritos de la novelística de la Serie Negra
norteamericana, a cargo de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un puñado de
escritores realmente notables, capaces de recrear un universo social en el que
el crimen y sus múltiples caminos se diversifican y ramifican, dando cuenta de
un estado de cosas de la vida social en los Estados Unidos. No sobra recordar
para nuestros fines que Raymond Chandler junto a Dashiell Hammett encabezan esa
brillante lista.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Circunscribiéndonos al cine, las
novelas de esos autores fueron aprovechadas por los productores
cinematográficos, que pronto descubrieron el potencial que se albergaba en
ellas, ya que por el tipo de relato de bastante acción y con fuerte incidencia
de los diálogos encajaban a la perfección en las posibilidades del texto
cinematográfico. A partir de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El halcón
maltés</i> en 1941, adaptación felizmente lograda de la novela de Dashiell
Hammett y debut en el cine del gran director norteamericano John Huston, se
avanzó en la creación de un género cinematográfico que contó con el memorable aporte
de guionistas, directores de fotografía, actores <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y realizadores, trayendo como resultado una de
las contribuciones más sólidas de los Estados Unidos a la historia universal del
cine.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Toda esta larga introducción
porque parece difícil que un espectador desprovisto de esos antecedentes alcance
una perspectiva adecuada para acercarse <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a
<i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marlowe</i>, lo que se constituye de
entrada en la primera de las objeciones que pueden formularse a la obra de Neil
Jordan, encerrada en un juego de referencias literarias y cinematográficas por
fuera de las cuales la película pierde muchos de sus valores rescatables y
queda reducida a una pieza un tanto gratuita y a ratos casi descabellada.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Se insiste en que sin conocer la
novela la aproximación al trabajo del director irlandés se torna problemática,
por lo cual<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las aseveraciones personales
que se expresan a continuación pueden ser inexactas, ya que provisionalmente
las atribuiremos a la orientación del guion que firman William Monahan y el
mismo director, destacando la decisión de presentar un Marlowe ya mayor, opción
que se cristaliza en la selección de Leam Neeson, un actor con el atractivo
suficiente para encarnarlo físicamente, pero que luce en las escenas de acción
y violencia totalmente fuera de lugar.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Del personaje original se
conserva uno de los matices más interesantes de este género cinematográfico y
es el de la ambigüedad moral en que se mueve Marlowe, asentada su conducta en
unos códigos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en los que la investigación
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del crimen aparece más como una empresa de
carácter personal, sin un interés general en denunciar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la corrupción que campea en buena parte de los
sectores más poderosos de la sociedad.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La inserción de la mujer en la
historia corresponde también a estereotipos propios de las obras clásicas,
representada con un poder de seducción que provoca la perdición y el naufragio
de los hombres que giran a su alrededor, en una constante <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que acá se conserva y que si bien no conduce a
la muerte de Marlowe, sí lo lleva a su claudicación moral, al resolver amparar
los oscuros intereses que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>han movido a
Clara Cavedish y a encubrir <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su crimen
final.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La circunstancia de que en el
centro del argumento se encuentren unos Estudios cinematográficos es uno más de
los guiños que se hacen al cine y que deliberadamente se amplifican, no solo en
lo que toca con el estilo de la planificación y el diseño de los escenarios,
sino también en la mención a títulos canónicos<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El halcón maltés</i> y en la
compleja evolución <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la trama que
remite a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The big sleep</i>, otro clásico
del género. Al final <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Marlowe</i> como película
sirve para recordar un cine del pasado, sin que en el intento se superen los
límites de una evocación más nostálgica que consistente, con escasos pasajes en
los que se revele el oficio del director. Queda sí la urgencia<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de acercarse a la novela del maravilloso John
Banville. <o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-62749288873269369682023-04-21T15:27:00.003-07:002023-04-21T15:27:30.784-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/EfxCr_ddnZM" width="320" youtube-src-id="EfxCr_ddnZM"></iframe></div><br /> <p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Un varón: La vida como un túnel<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Un varón</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> tuvo su estreno mundial en la Quincena de Realizadores
en el Festival de Cannes del 2022, luego del cual sus productores decidieron
seguir una de las líneas más aconsejadas y recurridas en estos casos, que
consiste en proyectar un largo recorrido festivalero, procurando crear un
entorno favorable a su estreno comercial, el que por fin <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se ha efectuado en este mes de abril.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Sin conocer los cortometrajes del
director Fabián Hernández<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>resulta
imposible medir cuánto del mundo que recoge su opera prima<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se anticipaba en esos primeros ejercicios y
saber si las muy buenas maneras de director que deja ver <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un varón</i> se aprendieron en esos escarceos. Lo único claro es que
estamos en presencia de una obra que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>puede
calificarse sin vacilaciones de sorprendente y que mucho aporta al buen
presente<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del cine nacional.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En orden a perfilar un poco las
características del filme del colombiano, quizás convenga empezar por destacar
que no se trata de un trabajo que pivote sobre un guion de estructura férrea,
al contrario de lo que acontece con películas que son memorables por la forma
como se articulan los hechos en una relación de causalidad y progresividad. Acá
se parte de unas situaciones básicas y sobre ellas se propone una discreta
evolución de la trama que involucra al protagonista, al punto que todas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las virtudes a ponderar en esta obra corresponden
a la coherencia y precisión<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de una puesta
en escena que no desfallece a lo largo de los setenta y cinco minutos de su muy
corta duración. Los emplazamientos y movimientos de la cámara y el manejo del
espacio dentro del cuadro son muy exactos, puestos al servicio exclusivamente
de otorgar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sentido a los pequeños
cambios que va experimentando el personaje principal.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Un varón</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> tiene un inicio propio de cine documental. Tres de las
personas que aparecerán más adelante le hablan directamente al espectador, dando
cuenta de lo que piensan y sienten sobre la condiciones del mundo marginal en
que se mueven ellos y se moverá el protagonista. El enfoque frontal con que se
toman las declaraciones busca que la atención se fije exclusivamente <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en lo que ellos dicen, sin distractores
visuales de ningún tipo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Esa apertura representa una
declaración de intenciones en cuanto a la voluntad decidida de la película de
girar en una órbita realista, ofreciendo a la par una información verbal que
permite abreviar el tiempo cinematográfico del relato, ya que lo que acontece
con Carlos, el protagonista, se despliega en un ambiente que otros han caracterizado
y definido como extremadamente violento y en el que es necesario dar muestras
constantes de dureza y fortaleza para evitar convertirse en presa fácil al
alcance <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de otros. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Gracias a esa aceleración
dramática se crea el contexto para llegar de una vez al núcleo de la película,
constituido por la evolución de lo que sucede con el protagonista, inmerso en
ese universo terrible del que ya se ha <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dado
cuenta antes, con lo cual el director consigue no caer en el lugar común de ocuparse
de la visualización de los vandalismos, agresiones <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y tropelías
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>propios de ese mundo, presentados y
representados tantísimas veces en el cine.<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Desentendido de la necesidad de ofrecer
imágenes explicativas acerca del medio social en que transcurre la acción,
Fabián Hernández dirige su atención hacia<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>lo que claramente más le interesa y que es la concepción del personaje
principal. La mayor originalidad de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Un
varón</i> se centra en el dibujo muy particular que el director traza de
Carlos, el protagonista. En lugar de pensar en un joven cualquiera que logra
una madurez prematura en contacto con un ambiente de violencia, marginalidad y
exclusión, Hernández <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nos habla de un
muchacho frágil que carece de raíces, un huérfano en el sentido más amplio <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del término y que anda todavía en búsqueda de
su identidad de género, con lo cual su relación con un medio tan feroz y hostil
cobra un significado especial. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La ambigüedad del protagonista en
ese aspecto es clave y tiene el momento de mejor y más depurada expresión
cinematográfica cuando revisa, en el cuartucho de su hermana,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>algunos de los objetos que pertenecen a
Nicole, toma el pintalabios y en lugar de aplicárselo, los delinea en el
espejo, en el que vemos entonces no la imagen de lo que es Carlos, sino de lo
que tal vez quisiera ser.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El desenlace de lo que ocurre con
el personaje está marcado por la inevitabilidad de un destino que Víctor
Gaviria, referente obligado de este tipo de cine, compendió en el título de su
película<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Rodrigo D No futuro</i>. Esta vez diríamos Carlos D No futuro, con unas
escenas finales de una soledad y un desamparo que arrugan y paralizan el alma.
Las lágrimas de impotencia de Carlos, en un filme de ejemplar contención en lo sentimental,
certifican que ese ser humano que clama por una madre y una familia está irreversiblemente
solo, que nadie vendrá en su ayuda y que no existe luz alguna de esperanza en
ese oscuro túnel por el que ahora transita. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-58773232575923549602023-04-15T10:09:00.000-07:002023-04-15T10:09:13.775-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/dsdoMJPoKWc" width="320" youtube-src-id="dsdoMJPoKWc"></iframe></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><br /></div><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Decisión de partir: Los tortuosos caminos del amor<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si hubiera que preguntarse
por algún fenómeno a destacar en el cine en las primeras dos
décadas del nuevo siglo tal vez la respuesta pudiera andar por el lado del coreano,
merecedor en estos años de notables
reconocimientos en los principales festivales de cine del mundo. A partir de los aportes de una figura
iniciática como Kim Ki-duk, Corea del Sur ha enriquecido el paisaje de la
cinematografía en estos lustros con creadores como Bon Joon-Ho, Hong Sang- Soo,
Lee Chang-dong y Park Chan-Wook, el director de <i>Decisión de partir</i>, película por fortuna todavía en cartelera.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Park-Chan Wook se ha hecho
reconocible por la violencia radical de
sus obras, visible en especial a partir de <i>Old
boy</i> en el 2003 y los dos títulos que lo siguieron. Respecto de esos
trabajos anteriores, lo primero a subrayar en <i>Decisión de partir</i> es el cambio de registro a una obra sosegada y
sutil, que de entrada apela a la inteligencia del espectador y le demanda una
atención sin desmayos para mensurar los
cambios que se producen más allá de las apariencias.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">No conozco las influencias
conscientes que el director admita, pero es evidente su gusto por el cine de
géneros, los que toma como referentes iniciales para luego irlos modificando y retorciendo
hasta llegar a resultados que fascinan
por su originalidad. En el caso de <i>Decisión
de partir</i> estamos en presencia de un filme que combina lo policíaco por el
oficio de su protagonista y el drama amoroso por la orientación que desde el
principio toma la investigación de la
muerte de un escalador de montañas, en lo que pudo ser un accidente o un crimen,
y en la que la principal sospechosa es la esposa del fallecido, Song Seo Rae,
por la que el detective Hae-Joon experimenta desde el inicio una especial
atracción.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La historia está dividida en dos
segmentos. El primero corresponde a las pesquisas sobre la muerte del escalador
y se cumple en la ciudad de Busan; la segunda se desarrolla en Lipo treces meses más tarde, cuando Song Seo
Rae reaparece en la vida del policía con un nuevo esposo, el cual más adelante
será asesinado, con lo que se abre una segunda investigación con los mismos
protagonistas y en la que pesa como un fantasma el recuerdo de lo que ocurrido
en Busan y la manera como terminaron las cosas con la exculpación de la mujer.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Anticipar estos trazos del
argumento en nada malogra la experiencia del público, ya que ellos son solo la epidermis de lo que sucede y lo que en
definitiva interesa corre a un nivel más
profundo, poco visible y al que se llega gracias a la maestría de Park Chan-Wook, quien dosifica
la información y la organiza con una estructura y una progresión ejemplares, en
un brillante ejercicio creativo que justifica a
cabalidad el premio a Mejor Director que se le otorgó en el festival de Cine de Cannes
del 2022. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Uno de los primeros hallazgos del
guion es la concepción de los dos protagonistas y la asimetría en que se desenvuelven.
Del policía sabemos muchas cosas desde su obsesión por la resolución de los
casos de que se ocupa hasta la muy buena relación matrimonial sostenida con la
esposa a lo largo de más de dieciséis años, hechos que perfilan con precisión a
Jae- Hoon y permiten calibrar lo que para él significará el abismo a que lo
lanza su apasionamiento por Seo Rae.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si en el detective hay claridad,
en la mujer todo es sombra, empezando por su condición de inmigrante ilegal en
Corea y la supuesta dificultad para expresarse a satisfacción en coreano, lo
que conduce a que en los momentos críticos ella se refugie en el mandarino y
cree esa primera barrera de acceso a su intimidad, oscuridad que refuerza el eficaz trabajo actoral de Tang Wei, al
lograr mantener el personaje alejado de nosotros y en medio de una opacidad
que solo se aclarará en su sorpresivo y enloquecido desenlace.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Park Chan-Wook construye un
thriller en cuya superficie se investiga la presunta culpabilidad de una mujer
en la muerte de sus dos maridos. Pero a esa línea de suspenso el director le introduce
una manipulación profunda al contaminarla con el afecto en ascenso que el
policía siente por Seo Rae, lo que torna nebulosa la evolución de la trama y de las pesquisas que
adelanta Jae-Hoon.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La puesta en escena contribuye a
las sombras que van dibujándose en la narración, dado que el director integra a
planos de contenido real elementos que
pertenecen a la imaginación del policía o a momentos del pasado que se
recuperan como flash-backs o vueltas atrás explicativos, a lo que se agrega un
montaje que niega las continuidades
mecánicas, abriendo deliberadamente espacios de lectura que exigen la mirada
cuidadosa del espectador.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Dos secuencias absolutamente
imperdibles de <i>Decisión de partir</i> ilustran el poderío visual de Park Chan-Wook y
la altura excepcional que ha ganado su cine. En la primera de ellas, en
medio de la niebla y la nieve, Seo Rae revela lo que ha sido su juego a lo
largo de una relación sentimental de la que poco se nos ha dicho y de la que se
han escamoteado los momentos de
intimidad. La segunda es la secuencia de cierre en la que la fuerza huracanada
del amor loco de los protagonistas se
desborda y alcanza la tragedia en su
intento por eternizar la pasión amorosa,
resuelta con una brillantez y una precisión que cortan el aliento. <o:p></o:p></span></span></p><p>
<span style="font-family: georgia;"> </span></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-86943825089175467292023-03-24T15:22:00.002-07:002023-03-24T15:22:45.683-07:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/RH0mX5jLQ-A" width="320" youtube-src-id="RH0mX5jLQ-A"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Armaggedon times: <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Retrato de familia<o:p></o:p></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">James Gray es uno de los mejores
directores del actual cine norteamericano y en todo caso tal vez <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>el más admirado<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por la generación de quienes nos formamos en
la cinefilia de los años cincuenta y sesenta. En lugar del vértigo del relato
que hoy campea, de la multiplicación de planos muy breves y de un montaje que
enlaza acción con acción, el realizador de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La
noche nos pertenece</i> se desenvuelve<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>con un estilo más tradicional, dejando que la cámara capte los espacios
y en ellos lo que hacen y sucede<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a los
personajes cobre su verdadero sentido. Por eso algunos críticos han hablado de un
director neoclásico, calificación que proporciona una primera idea acerca del
tipo de obra que realiza Gray.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">El festival de Cannes ha sido la
vitrina habitual del realizador para el lanzamiento internacional de sus
películas y en ese sentido <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Armaggedon
times</i> no ha sido la excepción, habiendo participado en la competencia
oficial de la edición 2022. Los buenos vientos que ahora soplan con los
estrenos en las salas comerciales del país nos traen un título llamado a
figurar en la selección de lo mejor del presente año.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Esta vez el norteamericano centra
su atención<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la familia, un<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>tema que ya aparecía <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en varios de los títulos de su filmografía,
con la particularidad de que en esta ocasión la historia se construye a partir
de los recuerdos del director, lo que otorga al filme un tono íntimo y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>casi autobiográfico, suficiente para afirmar
que nos encontramos ante la película más personal del realizador. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Esa perspectiva autobiográfica
emparenta este título con otro de estreno reciente y que firma Steven
Spielberg: <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los Fabelman</i>. Si bien
median diferencias sustanciales entre las dos obras, conectarlas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sirve para medir lo que quizás pudiera ser
una tendencia a privilegiar relatos más personalizados, explorando en el pasado
para mostrar cómo el presente es imposible sin el ayer y que de alguna manera
hoy somos porque fuimos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Armaggedon times</i> conviven tres generaciones de una familia y cada
una de ellas alcanza en el desarrollo de la trama una riqueza de matices y
detalles que sorprende. La primera es la de los mayores que llegaron a Estados
Unidos como inmigrantes, judíos ucranianos que soñaban con alcanzar la “tierra
de los sueños “y de cierta manera lo lograron, al punto de disfrutar de una
solvencia económica que respaldan con una elitista posición de clase. Los hijos
de ellos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se formaron en las
exigencias<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de una sociedad en donde todo
depende del dinero y del esfuerzo que se exige en el día a día para conseguirlo.
Quedan los nietos que se benefician de las comodidades materiales que les
brindan los dos amparos anteriores, con padres que oscilan entre el amor que empuja
a ceder a caprichos y los momentos en que intentan controlar los excesos.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Las tres generaciones aparecen
incorporadas en la narración con una amplia caracterización, que se logra
gracias a las minucias de un guion que escribe con destreza admirable el mismo
James Gray. El primer plano como protagonista lo ocupa el nieto<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Paul, un preadolescente que asiste inicialmente
a una escuela pública en 1980 en Queens y allí conoce a otro estudiante un poco
mayor, un afronorteamericano que padece las precariedades y exclusiones que
acompañan su condición social y su color. <o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">El núcleo de la primera mitad de
la película gira alrededor de la relación que se traba entre los dos chicos, cada
uno con sus propios sueños de futuro, con escenas en que se contraponen la
torpe disciplina del colegio y la alegría que les proporciona la libertad de la
calle. Un hecho cuyas consecuencias no conoce ni mide Paul <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>provoca que las cosas se fracturen y cada uno
de los muchachos regrese al ambiente a que familiarmente pertenece.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">En esa primera <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>parte de la obra juega un papel preponderante
el abuelo de Paul, un hombre que al final de su vida dispone de la serenidad y
la distancia para<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>dedicar al nieto un
amor generoso y tolerante, en una relación que da lugar a varios de los mejores
momentos de la película, en especial una escena en el parque en que juegan al
lanzamiento de un cohete y en el que el abuelo, con una interpretación
magistral de Anthony Hopkins, entrega algunos de los últimos consejos a Paul.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">En la segunda parte del filme hay
un poco de menos emotividad porque asistimos al intento de la familia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>por normalizar la vida de Paul, integrándola
al ambiente y los valores del grupo, en el que una vocación de artista suena
como una pérdida de tiempo y un desafío a los valores utilitarios de la
sociedad. La temperatura emocional vuelve a subir en el reencuentro de los dos
chicos y en la manera como planean y llevan a cabo el robo de un computador, en
una secuencia que al igual que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los momentos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la calle evocan la película francesa <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los cuatrocientos golpes</i> de Francois
Truffaut.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Los quince minutos finales son
una especie de reflexión sobre la vida a cargo del padre de Paul, quien trata
de transmitir al hijo el sentido de realidad y de acomodo aprendidos a lo largo
de lo que han sido sus<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>años de
trabajador. La enseñanza tal vez no cuaje, según se percibe en la escena de
cierre, cuando el chico abandona la fiesta de la escuela privada en la que
ahora estudia, en un desenlace <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que deja
caminos abiertos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en medio de los
tormentosos tiempos de los ochenta, los tiempos del Armagedón.<o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Salvo una escena subjetiva
delirante que se sucede en el museo Guggenheim, no hay énfasis<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Armaggedon
times</i>, una película sin paroxismos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ni
picos melodramáticos y que nos regresa como espectadores a la magia de un cine
capaz de entretener con inteligencia y que se inscribe en esa medida en la
mejor tradición del cine clásico norteamericano. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p> </o:p></span></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-15150693803108348812023-03-10T14:48:00.002-08:002023-03-10T14:48:55.838-08:00<p> </p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/ii0gjj963ZY" width="320" youtube-src-id="ii0gjj963ZY"></iframe></div><br /><p></p><p><br /></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">EO: La vida en imágenes<o:p></o:p></span></span></b></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Orlando Mora<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Estos primeros meses del año nos
están regalando una de las mejores carteleras comerciales del país en mucho
tiempo. Seguramente la proximidad del Oscar y también el azar que rige tantas
cosas explicarán que en las salas estén pasando de forma simultánea cinco o
seis títulos de esos que cualquier buen cinéfilo debe ver y que varios de ellos
merezcan una calificación más que alta.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En el grupo de las joyas
recientes aparece una película polaca cuyo título en nada orienta al
espectador, ya que se trata del nombre de un animal que ejerce como el más inesperado y sorprendente de los
protagonistas. A partir de ese dato no luce fácil imaginarse una obra de
excelsa calidad como ocurre esta vez, lo
que de entrada habla a las claras de las capacidades del director que ha sabido
llevar adelante una empresa de tan insólita magnitud.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El nombre de Jerzy Skolimowski
resulta cercano y familiar para la gente de nuestra generación, dado que formó
parte de la primera línea de renovación del cine de su país en los fecundos e
irrepetibles años sesenta. Las asfixiantes condiciones políticas reinantes en
Polonia marcaron el destino de cineasta internacional que lo tocó emprender, al
amparo del talento exhibido desde sus primeras películas. Ahora a los ochenta
cuatro años de edad el director regresa con un filme de una juventud y una
vitalidad que lo analtecen.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Ocuparse de una película cuya
centralidad la ocupa un burro remite a un antecedente absolutamente
insoslayable y que rodó en el año de 1966 ese maestro de maestros que es Robert
Bresson. El director y su coguionista Ewa Piaskowka, esposa de Skolimowski y
colaboradora en los trabajadores de escritura de sus últimas obras, han
declarado su conocimiento y admiración por la obra del francés, aunque <i>EO</i> gira en una órbita por entero diferente.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En una charla sobre guion dictada
en Medellín la mexicana Paz Alicia Garcíadiego contaba la manera como había
trabajado el guion sobre <i>El coronel no
tiene quien le</i> <i>escriba</i> de Gabriel
García Márquez y que dirigiera Arturo Ripstein. Su método había consistido en
leer varias veces la novela del colombiano y luego comenzar a escribir sin regresar
a ella, de modo de llegar a una versión
que fuera más allá de la repetición línea a línea del texto original.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Se viene a la memoria este
recuerdo porque creo que algo similar pudo haber ocurrido con el trabajo de
escritura de <i>EO</i> y su relación como
fuente lejana de inspiración con el filme de Robert Bresson. Si bien los
resultados son radicalmente distintos y
en nada se afecta la originalidad del filme de Skolimowski, hay cosas como la
articulación de sucesos muy variados o su conmovedor final que
traen algo de la huella que seguramente pudo dejar en los polacos <i>Al azar Baltasar</i>. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Eo</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> como película supone un reto para el público, ya que lo
obliga a desentenderse de lo puramente narrativo que campea en la casi
totalidad del cine que llega a las pantallas. En su experiencia cotidiana lo
normal es que todos los sucesos que integran el relato se encuentren puestos en
una relación de causalidad, de manera
que cada cosa ocurre porque antes se dio algo que le sirve de antecedente y es
esa mecánica la que permite que la
atención del espectador se mueva en la dirección de querer anticiparse a lo que
de pronto suceda o pueda suceder.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El filme del realizador polaco
renuncia a ese tipo de narración y en su lugar propone una diferente en la que se
avanza en las escenas sin que exista una
continuidad causal explícita acerca de cómo se pasó de una a la otra. En<i> EO</i> el animal se encuentra en
situaciones y momentos diversos y cada segmento tiene una independencia respecto
del anterior, unidos apenas por unas líneas muy tenues que el director traza a partir de
conexiones puramente visuales. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Jerzy Skolimowski ha realizado
una película más de emociones que de ideas. Aunque seguramente algunos leerán
ciertos tramos como conatos de reflexiones y condenas al universo humano, por
ejemplo en la violencia que se desata en un simple partido aficionado de
fútbol, la forma como el director afronta la puesta en escena, alterando el
color de las escenas e introduciendo iluminaciones potentes, da cuenta de su
preocupación más orientada al clima
emocional que a la narración.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">EO</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> por su construcción está más cerca del poema visual, tal
como se percibe en momentos como el ralentí de los caballos que corren en
libertad, la llegada de EO a un pueblo deshabitado o cuando se evocan retornos imaginarios de Kasandra, la joven que actuaba
con el animal en el circo. El director acude a planos generales y medios,
reservando los primeros planos para el animal y sus ojos grandes que revelan una
mirada tranquila y tal vez inquisitiva frente al desorden y el frenesí que se
agita en cada uno de los pasajes por los que atraviesa.<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Al ejercicio brillante de la
fotografía se suma una banda sonora de extraña belleza y que se despliega en una
línea que va de largos silencios a leves golpes, toques de campanas, acordes
sinfónicos y una diversidad de recursos que incrementan la emotividad en que se
desenvuelve esta insular y conmovedora película. <o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">
<o:p></o:p></span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"> </span></span></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></span></p><p>
</p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"> <o:p></o:p></span></span></p><p><br /></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-36294075649125281632023-03-05T09:15:00.004-08:002023-03-05T09:15:58.775-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/CIa6_YRTU-g" width="320" youtube-src-id="CIa6_YRTU-g"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El triángulo de la tristeza: El orden subvertido<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Orlando Mora<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En mayo del año pasado el sueco
Ruben Östlund ingresó al exclusivo grupo de los directores que han conquistado
en dos oportunidades la Palma de Oro en el Festival de Cannes, privilegio
compartido con Michael Haneke, Ken Loach, los hermanos Dardenne y tal vez
ninguno otro. La película que mereció ese segundo reconocimiento fue <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El triángulo de la tristeza</i>, estrenada comercialmente
hace un par de semanas y que todavía se mantiene en algunas funciones aisladas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Sin la vitrina internacional que
supone ganar en un festival de primera categoría como Cannes sería inimaginable
que las obras de este realizador pudieran llegar a la cartelera local. Recuerdo
que <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The Square</i> (2017),<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ganadora de la primera Palma de Oro, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se estrenó en el país<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y probablemente lo fue también <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fuerza mayor</i>, su trabajo de 2014. No
conozco sus tres primeras obras, pero a partir de las tres últimas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>no resulta descaminado afirmar que se trata
de un director con un lugar propio en el panorama del cine actual y que desde
ahora sus próximas películas nos despiertan las mejores expectativas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El triángulo de la tristeza</i> Östlund repite una estructura narrativa
que bien se acomoda <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a sus propósitos,
tal como podrá apreciarse más adelante. El inicio con un prólogo previo a los
créditos le sirve para una primera aproximación a los protagonistas, que quedan
bosquejados con unos trazos preliminares que otorgan sentido y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>esclarecen el desarrollo posterior de la
trama. En este caso se trata de dos jóvenes<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>modelos que se mueven en el mundo de fasto, luces y vanidades de las
pasarelas. Carl y Yaya van a ocupar buena parte de la centralidad del relato, del
que serán a la vez testigos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y luego
verdaderos actores.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En la primera de las tres partes
en que se despliega la narración asistimos a una presentación con mayor detalle
de la personalidad de los dos modelos, trenzados en una discusión que se
origina en el desencuentro sobre quién debe pagar la cuenta de la cena en una
restaurante. Los casi veinte minutos de esta secuencia sorprende un tanto al
espectador por su aparente banalidad, pero es evidente que a través de ella el
director deja ver el tipo de valores alrededor de los cuales se edifica y
desenvuelve la existencia de los dos jóvenes, que deberán confrontar en los dos
apartados siguientes situaciones que sobrepasan su limitada y mezquina
experiencia vital.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El segundo capítulo se denomina <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El yate</i>. Yaya y Carl se encuentran como
invitados en un crucero de alto turismo que ella ha conseguido gracias a su
trabajo de influencer. Los hombres y mujeres <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a bordo son personas millonarias de
nacionalidades distintas, acostumbradas a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>lujos y a que todo y todos se encuentren a su
servicio, algo de lo cual son plenamente conscientes los miembros del servicio en
el yate, ya que al final del recorrido habrá dinero, dinero y dinero, el valor
más importante que anima la cotidianidad de los habitantes del crucero. En ese
espacio existe un orden y una jerarquía que están concebidos a partir del poder
económico de los pasajeros, con derecho a excentricidades toleradas y a
exigencias disparatadas.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">A esas alturas el director muestra
las intenciones de su relato, muy a tono con lo que ya exhibían sus películas
anteriores. La embriaguez del capitán y una tormenta anunciada son el punto de
partida de lo que se vivirá en el crucero, cuando el orden y el control con los
que funciona el mundo a bordo se van <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>al
diablo y poco a poco se llega a un delirio que por momento bordea el absurdo,
dejando al descubierto las fragilidades que se escondían detrás de la sensación
de seguridad plena que en principio se sentía. En este pasaje aparece el Ruben Östlun
más excesivo y provocador, captando las miserias de la fisiología humana, sin
ahorrarse ni ahorrarnos plano alguno del desastre en que termina la cena del
capitán, con un <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>mal gusto y una
ferocidad <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que buscan el contraste y la
oposición con el refinamiento observado hasta ese momento en el crucero.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">La isla</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> se denomina el tercer capítulo y con él <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se cierra la parábola que el director ha querido
construir, con algunos sobrevivientes varados en una isla desierta y en la que
asistiremos a la subversión del orden del poder que se conocía en el barco. A fin
de preservar la sorpresa en la reacción <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del público conviene no brindar mayores
detalles sobre lo que acontece en ese lugar y los cambios que se dan en el
comportamiento y en el día a día de los personajes. Al final de esta última
parte se torna evidente el sentido de lo <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pretendido por el realizador, en una especie
de alegoría política que a simple vista luce un tanto simplificada y que tal
vez explique las reservas que algunos han expresado sobre <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El triángulo de la tristeza</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si bien es claro que cualquier
película debe valorarse y juzgarse exclusivamente por lo que ella trae, en el
caso de esta obra tal vez las referencias a la filmografía del director
iluminen su verdadero foco de atención. En<span style="mso-spacerun: yes;">
</span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Fuerza mayor</i> y en <i style="mso-bidi-font-style: normal;">The Square</i> los efectos de la ruptura del
orden cotidiano introducía una crisis severa en el discurrir de los
protagonistas, lo que vuelve obvio que las preocupaciones de Ruben Östlund apuntan
y nos colocan frente a las falsas certezas y seguridades de la vida y a cómo basta
una leve ruptura para que el andamiaje con el que nos protegemos se deshaga. A
pesar de su potente desenlace, orientarse más a lo social que a lo personal
lesiona en parte la profundidad de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">El
triángulo de la tristeza</i>, lo que no anula la solvencia del director ni la
alta depuración de su narrativa. <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;">
</span><o:p></o:p></span></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-3095470330794352092023-02-19T05:27:00.001-08:002023-02-19T05:27:07.994-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/HjWfXcx7d78" width="320" youtube-src-id="HjWfXcx7d78"></iframe></div><br /> <p></p><p></p><p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-size: 14pt; line-height: 107%;"><span style="font-family: georgia;"><b>Almas en pena de
Inisherin: La otra guerra</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Orlando Mora<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Repasar<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la filmografía de Martin McDonagh sirve para distintos
fines. Uno de ellos es <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pensar lo bien que por momentos le viene al
cine el aporte de directores que provengan de otras disciplinas creativas, en
la medida en que remueven y enriquecen sus cimientos estéticos y narrativos. Tal
sucede con este inglés que viene del Teatro y que deslumbró en el año 2008 con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Escondidos en Brujas</i>, una opera prima
fascinante por su original forma de acercarse al<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cine de delincuentes; con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Siete psicópatas</i> en el 2012 desconcertó
con una estructura en la que lo narrado forma parte del guion que está escribiendo
un guionista; con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Tres anuncios en las
afueras</i> en el 2017 elevó la apuesta con su visión oscura y casi faulkneriana
de la Norteamérica profunda y en el 2022 con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Almas en pena de Inisherin</i> continúa avanzando y consigue una obra
hermosa y sobrecogedora, fuerte candidata a varios Oscar en la ceremonia de
marzo.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Tal vez el análisis de los
personajes sea la forma más apropiada de acercarse al cine de McDonagh, personajes
que no son realistas en el sentido normal y corriente <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la palabra. En una película cualquiera un
sicario es un sicario, un guionista es un guionista, una madre es una madre y
un hombre de provincia es un hombre de provincia. En el caso del inglés no, los
protagonistas de sus cuatro películas se nutren de la realidad, pero no la
documentan ni la ilustran. A través de ellos el escritor y director busca
adentrarse en capas más profundas del universo social y emocional del ser
humano, por lo cual lo primero que provoca en el espectador es una sensación de
sorpresa y desconcierto.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Almas en pena de Inisherin</i> lo que se percibe externamente es la
vida de dos amigos que han compartido la rutina y el aburrimiento de un pequeño
poblado irlandés <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>llamado Inisherin, y un
día cualquiera uno de ellos encuentra que su amigo de siempre no quiere seguir
siéndolo porque considera que es una pérdida de tiempo y está decidido a darle a
lo que le queda de vida un sentido de mayor importancia, dedicándose a componer
música, algo que quizás logre trascender y sobrevivir al olvido. Lo que sigue en
el argumento conviene callarlo porque forma parte de la estrategia narrativa
del inglés, que va incrementando la violencia a medida que crece el
enfrentamiento entre los dos protagonistas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Un punto de partida de tan escasa
entidad como parece serlo el distanciamiento de dos amigos cobra entidad
gracias al anclaje físico que el realizador ha dado a sus personajes. Desde los
planos iniciales la cámara planea sobre el hermoso paisaje dominado por la luz,
los verdes de la naturaleza y unos pocos caminos por los que transitan sus
pobladores. Alguna vez existió una iglesia que yace sumergida y queda la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>estatua de una virgen que parece mirar impasible
lo que acontece en ese humilde poblado. El único sitio de vida social es la
taberna a la que se acude a beber pintas de cerveza y en la que se han
encontrado por años, todos los días a las 2 pm, Colm y Pádraic.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Mientras se agravan las cosas en
la relación de los dos amigos, al otro lado de la isla se escuchan las cargas
de fusil y los cañonazos de la guerra civil de Irlanda de los años veinte,
cuyas razones y motivos ignoran los habitantes de Inisherin. “Que tengan
suerte, sea lo que sea por lo que luchan”, dice en algún momento Pádraic. Esa
guerra distante es clave en una de las lecturas posibles de la película, ya que
permite que lo que acontece en el estrecho mundo de Inisherin se convierta en
una metáfora profunda sobre la condición humana y sobre la pequeñez de los
motivos que desencadenan la tragedia. A lo mejor sea tan inexplicable la guerra
que suena a lo lejos como la íntima que se desencadena entre Colm y Pádraic.<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Los habitantes de Inisherin son
seres solitarios, frágiles, que pertenecen a un mundo próximo a la naturaleza y
que comparten con animales su vida cotidiana. Es esa elementalidad, esa
condición primitiva<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la que torna en<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>debacle personal la pérdida de un amigo, quien
con su reproche parece obligar a confrontarse en el espejo y a percibir una
insoportable imagen que apabulla. Tal vez la salida a ese mundo estrecho y
limitado esté en la huida, tal vez haya algo distinto más allá <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de las fronteras estrechas de Inisherin, pero
solo Siobhán, la hermana de Pádraic, lo ensayará .<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Almas en pena de Inisherin</i> Martin McDonagh se confirma como uno de
los directores más sugestivos de este siglo. La lúcida metáfora que ahora nos
propone está construida con base en un gran manejo del espacio, que brinda<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a los personajes una dimensión por la que el
espectador debe interrogarse a cada instante y cuyas respuestas no están en lo
que hacen <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>sino en la manera como la
cámara los muestra, ofreciendo los rodeos y los tiempos justos para que cada
plano tenga una resonancia y una significación que trascienden el simple
registro de la acción.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Si alguna huella quisiera destacarse
de la experiencia teatral del director, ella habría que encontrarla en el formidable
trabajo de dirección de los actores, principales y secundarios, quienes a
partir de gestos mínimos y de silencios bordan personajes con una sutileza y una
finura que conmueven. Colin Farrel y Brendan Gleeson encabezan la fantástica
tropa.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-81012341027936857152023-02-02T17:03:00.000-08:002023-02-02T17:03:05.119-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/L0jq0oXkz-M" width="320" youtube-src-id="L0jq0oXkz-M"></iframe></div><br /> <p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Los Fabelmans: una declaración de amor al cine<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><b>Orlando Mora</b><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Steven Spielberg es sin duda uno
de los directores más exitosos del cine industrial norteamericano. La mayoría
de sus proyectos alcanzan a la vez buena aceptación <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en la taquilla y el reconocimiento de la
crítica, en una coincidencia de criterios de escasa frecuencia. Realizador con un
poder de seducción que atrae a los <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>productores, varias de sus películas
pertenecen a la historia del cine de su país, con títulos memorables como <i style="mso-bidi-font-style: normal;">E.T</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Encuentros
cercanos</i>, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">La lista de Schindler</i> y
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span><i style="mso-bidi-font-style: normal;">Salven
al soldado Ryan</i>.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">A sus setenta y seis años de edad
Spielberg ha resuelto<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>crear una ficción
a partir de algunos de sus recuerdos, enhebrando días<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la vida de un hombre que de niño <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>descubrió <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la magia del cine cuando sus padres lo
llevaron a un teatro a ver lo que en la marquesina se anunciaba como <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>“El mayor espectáculo del mundo” y desde
entonces se obsesionó con la representación de la realidad que lograba <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>crear la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cámara.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Así que el propósito evidente de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los Fabelmans</i> es rendir un homenaje al
cine, que al provenir de un director como Steven Spielberg naturalmente concita
de entrada el entusiasmo y el aplauso de la cinefilia. Lo que toca mirar ahora
es la perspectiva que para estos fines ha escogido el director y valorar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>si el resultado final se agota en la mera
declaración de amor a una profesión o si algunas cosas tienen una consistencia
y una densidad mayores.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Supongo que en alguna entrevista
el norteamericano habrá contado el origen del proyecto y la manera como decidió
acercarse a sus años de niñez y juventud, reconstruyendo apartes de lo que vivió<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en el seno de una familia judía en los
Estados Unidos de los años cincuenta, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>contando con el apoyo de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>un diseño de producción muy cuidadoso y el que
muy probablemente le garantizará un Oscar en la ceremonia del próximo 12 de
marzo, celebración en la que a propósito <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Los
Fabelmans</i> funge <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>como gran favorita
con siete nominaciones.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El director inicia el relato
de<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los años de su infancia en enero de
1952 y opta por preservar una cierta mirada infantil en la narración de la
historia, con lo cual tanto la caracterización de los <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>personajes como el desarrollo de la acción exhiben
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>rasgos por momentos simplificados y<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>esquemáticos, algo que en principio no
pudiera apuntarse como defecto de la película, dado su carácter claramente
intencional.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En este homenaje al cine,
Spielberg a través de Sammy, su alter ego, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>da cuenta del día en que de niño descubrió el
cine al que temía y se perturbó con <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>escena en que un tren embiste un carro y una edificación,
escena <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>luego empezó a tratar de replicar con sus
propios juguetes. La madre, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con el fin
de evitar que los arruinara, le sugirió filmarlos con una cámara del padre y
así nació su pasión por el universo de las luces y las imágenes en movimiento. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Lo que se ve en el tramo
siguiente de la película es el proceso de crecimiento de la afición del niño, que
aprovecha <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>los juegos con sus hermanas para
crear escenas que captura con la cámara, evolucionando poco a poco <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>hacia la concepción de acciones más complejas
y con mayores elementos visuales. Entretanto asistimos al discurrir de la existencia
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de la familia Fabelman, con fisuras que surgen
lentamente y que parecen confrontarse en su dureza y grisura con el mundo de
aventuras que Sammy imagina y filma. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>A más de relatar las raíces de su vocación
profesional,<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Spielberg <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>destaca<span style="mso-spacerun: yes;">
</span>la importancia <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>que tuvo el cine en
etapas <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>claves de su vida ( por ejemplo
en sus años de secundaria) y también el poder de revelación que poseen las
imágenes, en las que debe aparecer la verdad, en algún momento se queja de lo
que ha filmado y dice “se ve falso”, <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con
una realidad que en ocasiones se filtra más allá de la voluntad del propio
director, tal como acontece con el secreto que le revelan de su madre. <i style="mso-bidi-font-style: normal;"><o:p></o:p></i></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La declaración de amor al cine
que emprende Spielberg<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Los</i>
Fabelmans se encuentra plagada de guiños a los cinéfilos, a los que invita para
que identifiquen en pasajes<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>de sus
trabajos de niño y adolescente las raíces de algunas de sus películas<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>o cuando, en una clara alusión <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Blow
up</i> de Michelangelo Antonioni, el niño descubre sin querer sentimientos <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>desconocidos de su madre, o también al incorporar
<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>una escena del filme<i style="mso-bidi-font-style: normal;"> El</i> <i style="mso-bidi-font-style: normal;">hombre que mató a Liberty
Balance</i>. Pero el punto más alto de ese homenaje se encuentra en la
secuencia de cierre, momento cumbre en el que el joven Spielberg conoce por
segundos a John Ford (el gran padre del cine norteamericano, interpretado por el
mítico realizador David Lynch), del que recibe en medio del despotismo y mal
genio del maestro, un consejo sobre el uso del horizonte en el espacio del
cuadro y que desencadena la exultación personal con que se clausura
fervorosamente la película. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span style="font-family: georgia;"><i style="mso-bidi-font-style: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;">Los Fabelmans</span></i><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"> de Steven Spielberg parece destinada, como casi
toda la filmografía del director, a convocar <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la emoción y la solidaridad del espectador,
algo que de nuevo logra <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con esta
película, una obra amable de irreprochable factura y plena de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>nostalgia para la cinefilia, aunque también <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>ligera y quizás <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>menor, dado el registro un tanto infantilizado
y lineal que el director le ha imprimido <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a los recuerdos que alimentan la ficción.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;"><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span><o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="mso-spacerun: yes;"><span style="font-family: georgia;"> </span></span><o:p></o:p></span></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com1tag:blogger.com,1999:blog-4741373384423456538.post-4587395161328533232023-01-27T13:58:00.002-08:002023-01-27T13:58:29.353-08:00<p></p><div class="separator" style="clear: both; text-align: center;"><iframe allowfullscreen="" class="BLOG_video_class" height="266" src="https://www.youtube.com/embed/5fBDQkD9Rdw" width="320" youtube-src-id="5fBDQkD9Rdw"></iframe></div><br /> <p></p><p><br /></p><p></p><p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><b style="mso-bidi-font-weight: normal;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Holy spider: Las noches de Mashhad<o:p></o:p></span></span></b></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Orlando Mora<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Prosigue por fortuna la serie de
buenos estrenos con que se ha inaugurado el año en la cartelera comercial de la
ciudad. Esta vez el turno es para la película <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i>, que llega con el antecedente de su participación en la
competencia oficial del festival de Cannes del 2022 y del premio a mejor actriz
de su protagonista Zar Amir Ebrahimi. Si bien quizás algunos tengan
referenciado a su director Ali Abbasi por <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Border,
</i>su segunda obra exhibida en el año 2019, este tercer título muestra a las
claras que se trata de un realizador a considerar y del que mucho puede
esperarse en el inmediato futuro.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Abbasi nació en Irán y allí vivió
hasta el año 2002, marchándose luego a <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>realizar estudios primero en Suecia y luego en
Dinamarca, país del que es hoy ciudadano. Su filmografía hasta la fecha resulta
envidiable: debut con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Shelley</i> en el
2016 acogida en la sección Panorama de la Berlinale, <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Borde</i>r en el 2018 con el premio en la sección oficial Un certain
Regard de Cannes y ahora <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i> que
confirma <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>su indiscutible talento.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Adelantar sobre el recorrido
vital de Abbasi no es algo meramente anecdótico o marginal y, por el contrario,
sirve para entender de mejor manera lo que poco a poco deja ver su <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>cine y lo que se revela en particular con <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i>. Estamos en presencia de un
director<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>con raíces iraníes, pero cuya
formación no responde a la que ha sido la tradición dominante en el cine de su
país, cuyos mejores exponentes desde finales de los años ochenta se han movido
en la línea de un realismo minimalista liderado por<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>Abbas Kiarostami. Ali Abbasi ha estado
expuesto a influencias más occidentales y esa pudiera ser una perspectiva adecuada
para acercarse a la obra que ahora comentamos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En los créditos de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i> se informa que la historia
se basa en hechos que sucedieron entre los años 2000 y 2001, cuando en la
ciudad de Mashhad se cometieron una serie de asesinatos de mujeres, lo que
despertó <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>temor en las calles y el
interrogante de saber quién las mataba y por qué. Advirtamos que las películas
que se ocupan de <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>asesinos en serie
constituyen casi una especie de subgénero dentro del cine policíaco o de
suspenso, según el punto de vista desde el cual se construya la trama.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Abbasi utiliza<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>en principio recursos propios del cine de
suspenso, aunque manejados de forma absolutamente personal. En efecto, la
organización del argumento se despliega a través de tres interrogantes
sucesivos que mantienen la atención del espectador y que se resuelven uno a uno
de manera pronta, con lo cual la película se enriquece, desplaza su centro de
gravedad <span style="mso-spacerun: yes;"> </span><span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y se aleja del simple <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>entretenimiento en que se agotan buena parte
de los filmes de género.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">Al inicio de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i> <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y a propósito
del primer asesinato que se muestra en pantalla- ya ha habido otros ocho, según
se dice en diálogos- el asunto a descubrir parece ser el de quién está matando
a las mujeres. A los pocos minutos el director identifica al asesino a través
de detalles como el anillo que usa y sus movimientos en moto, dedicando <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a continuación buena parte del metraje <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>a mostrar la vida personal y familiar del personaje,
a quien vemos como un buen padre de familia que trabaja, juega con sus dos
hijos y reza.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El siguiente interrogante que
propone la película es sobre <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>las razones
de los asesinatos y esa respuesta <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>también se desvela <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pronto: las mujeres son prostitutas que en las
noches se atreven a merodear el templo sagrado de la ciudad. La limpieza social
que realiza el protagonista responde a unas ideas y valores personales adivinables
y sobre los que<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>pivota buena parte del
sentido final de la película.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">En general los filmes de asesinos
en serie finalizan con el descubrimiento del autor, revelación que suele constituirse
en el punto más alto de su parábola dramática. En <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i> una vez <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>se conocen
quién es el asesino y sus motivaciones <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>la película se ensancha y durante casi
cuarenta minutos<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>atiende a un tercer
interrogante: la reacción de los habitantes de la ciudad ante el responsable de
los asesinatos y de las razones que esgrime en el juicio para justificar sus
actos.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">La importancia otorgada a ese
tercer apartado pone en evidencia que Abbasi se sirve del cine de género, pero
que quiere ir más allá y acá reside el valor de la película. Lo que el director
consigue es una obra que trasciende la historia y trasciende lo local. Es
cierto que se trata de una película de asesinatos en serie, que transcurre en
Irán, que habla de la discriminación de la mujer en esa sociedad y <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>del fanatismo sobre el que se ha construido el
tejido social, pero nada de eso está puesto en términos de denuncia o de
activismo político, la mirada es mucho más profunda y perturbadora.<o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><span style="font-family: georgia;">El inicio de <i style="mso-bidi-font-style: normal;">Holy spider</i> es brutal y su final lúcido y desgarrador. Ali Abbasi
ha realizado una película nocturna, con seres humanos complejos que no se
esquematizan<span style="mso-spacerun: yes;"> </span>y que no se conciben por fuera
del espacio físico en que actúan, resultado que se logra gracias a una <span style="mso-spacerun: yes;"> </span>planificación que los coloca en la mitad del
cuadro y permite que se perciba el mundo urbano en que se mueven, un mundo hecho
más de sombras que de luces. Los hallazgos de montaje y el trabajo con los actores
son valores que suman a las virtudes de un director que tiene cosas que decir y
sabe cómo decirlas. <o:p></o:p></span></span></p>
<p class="MsoNormal" style="text-align: justify;"><span lang="ES" style="font-size: 14.0pt; line-height: 107%; mso-ansi-language: ES;"><o:p><span style="font-family: georgia;"> </span></o:p></span></p><br /><p></p>palabrasdcine.blogspot.comhttp://www.blogger.com/profile/10586626463315958330noreply@blogger.com0